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Fiestas Sagradas de Otoño: Se Acerca la Hora

por: Rebecca J. Brimmer, Presidenta Ejecutiva Internacional

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Foto por Igor Zubkis/shutterstock.com

Muchos en el mundo cristiano alertan que estamos viviendo en los últimos tiempos. A manera interesante, muchos en el mundo judío también dicen lo mismo. Cuando un técnico vino a reparar mi refrigerador recientemente, comentó: “Gog y Magog se acerca.” Otros hablan libremente sobre la venida del Mesías. Algunos autores judíos dicen que el Mesías vendrá al terminar este año shmitá (el séptimo año para hacer descansar la tierra). Otros hablan sobre javlei Moshíaj (dolores de parto del Mesías), diciendo que atravesamos esos “dolores” y pronto llegará el Mesías.

En medio de estas expectativas, preocupaciones y temores, debemos recordar que Dios está con nosotros.

“Levantaré mis ojos a los montes; ¿de dónde vendrá mi ayuda? Mi ayuda viene del SEÑOR, que hizo los cielos y la tierra. No permitirá que tu pie resbale; no se adormecerá el que te guarda. Jamás se adormecerá ni dormirá El que guarda a Israel. El SEÑOR es tu guardador; el SEÑOR es tu sombra a tu mano derecha. El sol no te herirá de día, ni la luna de noche. El SEÑOR te protegerá de todo mal; el guardará tu alma. El SEÑOR guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre” (Salmo 121:1-8).

Gregory Gerber/shutterstock.com

Existe un renovado interés en el calendario de eventos proféticos a medida que los cristianos y judíos analizan la forma en que concuerdan las fiestas bíblicas este año con el final del shmitá y la última de las cuatro lunas rojas en el año (que ocurrirá el 28 de septiembre durante la Fiesta de los Tabernáculos). A la luz de todas esas señales en el cielo, muchos hacen un llamado al arrepentimiento, reconociendo que la única respuesta para nuestros tiempos reside sólo en Dios. El anterior Estudio de Israel “Llamado al Arrepentimiento,” discute el énfasis sobre el arrepentimiento durante el mes de Elul. Si no lo ha leído, le animo a que lo procure aquí. Invitamos a nuestros lectores para que se unan al pueblo judío en este tiempo especial de arrepentimiento hasta el Día de Expiación (Yom Kipur). Dios ha designado una serie de días especiales conocidos como fiestas judías, pero la Biblia las llama Fiestas del Señor. Esta época de 40 días hasta la Fiesta de los Tabernáculos (que cae el 5 de octubre este año 2015) es muy significativa. Unámonos al pueblo judío en la observación del calendario de Dios durante este año especial.

Días de Fiesta en 2015:

  • Septiembre 1-13 (los últimos 13 días en el mes de Elul)
  • Septiembre 14-15 (Rosh HaShaná, conocido en la Biblia como Fiesta de las Trompetas)
  • Septiembre 14-22 (los 10 Días Temibles)
  • Septiembre 23 (Yom Kipur, conocido en la Biblia como Día de Expiación)
  • Septiembre 28 (4ta “luna de sangre” este año, dando inicio a la Fiesta de los Tabernáculos)
  • Septiembre 28-Octubre 4 (Sucot, conocido en la Biblia como la Fiesta de los Tabernáculos)
  • Octubre 5 (Shmini Atzeret, también conocido como Simjat Torá)

Moed-un Tiempo Separado

Un moed es un tiempo separado durante el cual Dios ha pedido que Su pueblo se reúna con Él. Esa palabra se encuentra 223 veces en las Escrituras. Si usted pregunta a sus amistades judías lo que es un moed, probablemente le digan que es una fiesta, y tienen razón. Las fiestas bíblicas enumeradas en Levítico 23 se refieren como moedim (plural de moed), y pueden ser traducidas como fiestas señaladas, santas convocaciones o días solemnes de reunión con el Señor.

Según Éxodo 23:14-17, las tres fiestas de requerido peregrinaje son: Pésaj (Pascua judía), Shavuot (Pentecostés) y Sucot (Fiesta de los Tabernáculos). Durante dichas fiestas, todos los hombres judíos son convocados a subir a Jerusalén para adorar a Dios y reunirse congregacionalmente. Yo opino que una de las razones por las que Dios instituyera las fiestas era porque quería que Su pueblo se reuniese con Él de forma regular, que comprendiesen Su carácter y que fuesen reflejo de Sus acciones. Muchos cristianos ven las fiestas como parte del Antiguo Testamento y creen que no las tienen que celebrar. ¡Pero se olvidan de que Yeshúa y la primera Iglesia también celebraban las fiestas! El profeta Zacarías describe un tiempo en el futuro cuando todas las naciones subirán a Jerusalén para celebrar la Fiesta de los Tabernáculos. ¿Por qué perdernos la bendición de ello mientras tanto?

Reuniéndonos con Dios

Foto: Patty Nelson

Frecuentemente vemos en las Escrituras una referencia a la “tienda de reunión.” La palabra para “reunión” en este caso es moed, y se refiere al Tabernáculo como lugar donde el pueblo se reunía con Su Señor, lugar de encuentro sagrado con el Dios Altísimo. La Escritura dice que, luego de reunirse con Dios, el rostro de Moisés brillaba tanto que lo tenía que cubrir (Éx. 34:30-33). Ese es un concepto asombroso. Aunque yo nunca he visto el rostro de alguien brillar como el de Moisés, he visto que algunas personas cambian de aspecto luego de estar reunidos con Dios. Dios siempre ha deseado reunirse con Su pueblo. En Génesis, comenzó Su interacción con el ser humano luego de crear a Adán y Eva, y se reunía con ellos en el jardín. A través de todas las Escrituras, vemos menciones de las reuniones de Dios con hombres y mujeres de fe.

Los Principales Días Sagrados

Durante todo el mes de Elul, el pueblo judío enfatiza mucho el arrepentimiento en preparación para las fiestas sagradas de otoño. En el primer día de Tishrí, se observa la fiesta de Rosh HaShaná, literalmente “Cabeza del Año” o Año Nuevo. En la Biblia, ese día se distingue como Yom Teruá, o día para “soplar” (el shofar o la trompeta). Durante los próximos diez días, conocidos como los Días Temibles, cada cual se prepara para el día más sagrado en todo el calendario bíblico, que es Yom Kipur (Día de Expiación).

Durante dichos días, el pueblo judío se reúne en sus diversos lugares de adoración. Veamos a continuación una pequeña descripción de cada fiesta.

Rosh HaShaná

Rosh HaShaná se observa en el primer y segundo día de Tishrí, el séptimo mes en el calendario hebreo. La Pascua se celebra en el mes de Nisán, denominado como el primer mes del año en Éxodo 12:2. ¡Eso quiere decir que el pueblo judío tiene dos días de Año Nuevo! Leemos en el Mishná (comentarios tempranos de la tradición judía): “El primero de Tishrí es el principio del año en [la calculación de] los años respecto al ciclo de shmitá, el ciclo de yovel (Jubileo), para el sembrado [de árboles] y los frutos” (Rosh HaShaná 1:1).

Arthur Waskow escribe: “Este es entonces el año nuevo para aprender cómo el ser humano puede buscar a Dios. Quizás es la cabeza del año porque la cabeza se levanta hacia el cielo desde la tierra, mientras que Pésaj(Pascua) celebra una libertad más terrenal, liberación de nuestros cuerpos [de la esclavitud en Egipto].”

Fue el primero de Tishrí cuando Esdras leyó el libro de la Ley de Moisés al pueblo en la Puerta de las Aguas: “Entonces Nehemías, que era el gobernador, y Esdras, el sacerdote y escriba, y los Levitas que enseñaban al pueblo, dijeron a todo el pueblo: ‘Este día es santo para el SEÑOR su Dios; no se entristezcan, ni lloren.’ Porque todo el pueblo lloraba al oír las palabras de la ley. También les dijo: ‘Vayan, coman de la grasa, beban de lo dulce, y manden raciones a los que no tienen nada preparado; porque este día es santo para nuestro Señor. No se entristezcan, porque la alegría del SEÑOR es la fortaleza de ustedes'” (Nehemías 8:9-10).

Este día es el primero de los Diez Días Temibles, días muy solemnes en el calendario. Por 30 días antes de Rosh HaShaná, el pueblo judío ha estado en actitud de arrepentimiento, sonando el shofar cada día y leyendo el Salmo 27 en cada servicio. En el último día de Elul, se recita una oración pidiendo el perdón de Dios, semejante al Salmo 130: “Desde lo más profundo, oh SEÑOR, he clamado a Ti. ¡Señor, oye mi voz! Estén atentos Tus oídos a la voz de mis súplicas. SEÑOR, si Tú tuvieras en cuenta las iniquidades, ¿quién, oh Señor, podría permanecer? Pero en Ti hay perdón, para que seas temido” (vs. 1-4).

Desde Rosh HaShaná hasta terminar Yom Kipur, la liturgia incluye oraciones adicionales. Una de ellas, el Uv’jen(Y por lo tanto…), tiene un bello énfasis en tres áreas. Según describe Arthur Waskow, es un énfasis “universalmente humano, comunitariamente judío e individualmente personal.” A continuación, la traducción al español:

Usoltceva Anastasiia/shutterstock.com

“Y por lo tanto, Señor nuestro Dios, haz que toda Tu creación recuerde plenamente lo que has hecho; haz que todas Tus criaturas reverencien lo que haces y tiemblen ante Tu presencia; haz que todos actúen a una para cumplir Tu voluntad de todo corazón. Porque sabemos, Señor nuestro Dios, que la fuerza de Tu mano, el poder de Tu diestra y la magnitud de Tu Nombre gobiernan sobre toda la creación.”

“Y por lo tanto, Señor, da honra a Tu pueblo, alabanza a quienes Te reverencien, esperanza a quienes Te busquen, confianza a quienes esperan en Ti, gozo a Tu tierra y alegría a Tu ciudad, triunfo al cuerno de David Tu siervo y luz a la lámpara del Mesías, hijo de Isaí – prontamente y en nuestros días.”

“Y por lo tanto, el justo Te verá y se alegrará, el recto se regocijará, el que fielmente Te ama celebrará en cántico mientras la maldad es silenciada y todo mal desvanece como el humo – porque Tú borrarás la tiranía arrogante de la tierra.”

Ciertamente, como cristianos y creyentes en el Dios de Israel, nos podemos unir con ellos en esta oración. Waskow explica: “Fue escrito por el rabino Yojanan ben Nuri durante la peor represión romana contra el pueblo judío y la Torá. La tiranía arrogante, cuya remoción de la tierra correctamente profetizaron, fue el Imperio Romano. Pero en un sentido más amplio, la oración rechaza la falsa unidad [o gobierno] que pudiese ser impuesta sobre la raza humana por cualquier tiranía, y celebra la unidad [o gobierno] de una humanidad libre, en la cual cada pueblo y persona está dispuesta a seguir sólo a Dios como Rey.”

Hoy día, como durante el antiguo Imperio Romano, vivimos en un tiempo cuando la tiranía nuevamente levanta su malvado espectro sobre la faz del mundo. Juntos, el clamor de nuestro corazón se eleva a nuestro Dios en arrepentimiento (el tema de Rosh HaShaná y los Diez Días Temibles), pidiendo perdón (el Día de Expiación), con la esperanza en la venida de nuestro Mesías (la Fiesta de Tabernáculos).

Los Diez Días Temibles

Los cristianos creemos que podemos, y debemos, llegar ante el Señor en arrepentimiento cualquier día del año. El pueblo judío también cree en la realidad de un arrepentimiento en cualquier momento. Sin embargo, también creen que los diez días de asombro y temor a Dios antes del Día de Arrepentimiento son muy importantes. Dicen que cada año ese día, Dios determina los nombres que serán inscritos en el Libro de la Vida para el año entrante. Aunque los 30 días de Elul son un tiempo de seria introspección, no son nada en comparación con la intensidad de estos diez días de profundo temor a Dios.

Eliyahu Kitov escribe: “Debido a Su gran amor por Su pueblo, Dios desea ser misericordioso y prefiere que los hombres se arrepientan en vez de que perezcan, para así finalmente hacerles bien. Por eso, Él espera y anticipa el arrepentimiento de los transgresores. En Su abundante misericordia, nos otorgó días especiales en que estará más cercano a nosotros para que nuestra penitencia sea inmediatamente aceptada.” En Isaías leemos: “Busquen al SEÑOR mientras puede ser hallado, llámenlo en tanto que está cerca” (Isa. 55:6).

ChameleonsEye/shutterstock.com

Santiago escribió acerca de cómo nos debemos acercar a Dios en arrepentimiento: “Acérquense a Dios, y Él se acercará a ustedes. Limpien sus manos, pecadores; y ustedes de doble ánimo, purifiquen sus corazones. Aflíjanse, laméntense y lloren. Que su risa se convierta en lamento y su gozo en tristeza. Humíllense en la presencia del Señor y Él los exaltará” (Sant. 4:8-10).

Se hacen unas oraciones especiales durante los Días Temibles pidiendo perdón, llamadas slijot. También se celebra una ceremonia especial llamada tashlij (que significa “arrojar” en hebreo) en que lanzan migajas de pan sobre un cuerpo de agua, simbolizando cómo Dios ha arrojado nuestros pecados a las profundidades del mar. “Volverá a compadecerse de nosotros, eliminará nuestras iniquidades. Sí, arrojarás a las profundidades del mar todos nuestros pecados” (Miqueas 7:19).

Yom Kipur

“A los diez días de este séptimo mes será el día de expiación; será santa convocación para ustedes, y humillarán sus almas y presentarán una ofrenda encendida al SEÑOR” (Lev. 23:27). Este es el día más sagrado en el calendario bíblico, y un profundo silencio santo arropa a todo Israel. La vasta mayoría de la población judía lo toma muy en serio. Se llenan las sinagogas ese día, incluso con personas que raramente asisten. Hay estadísticas que revelan que cerca del 85% de la población israelí ayuna en Yom Kipur, lo que es asombroso si uno considera que casi el 50% se considera secular. El ayuno en Yom Kipur es una abstención total de todo alimento y líquido. La Biblia dice que las almas deben afligirse, y a manera interesante, Yom Kipur es casi siempre un día muy caluroso. En este clima semiárido, todos se sienten afligidos luego de 25 horas sin comida ni bebida. Las niñas de 12 años y los varones de 13 años se incluyen en el ayuno. Casi no se ve tráfico en las calles, ni se escuchan radios ni televisores. Como toda fiesta judía, Yom Kipur comienza a la puesta del sol y continúa hasta el día siguiente.

La palabra kipur significa “cubierta.” De allí proviene la palabra “kipá,” que es la pequeña cubierta redonda que usan los hombres judíos religiosos en sus cabezas. La cubierta sobre el Arca del Pacto llamada “propiciatorio” también se deriva de la misma.

Existen muchos bellos elementos en los servicios de Yom Kipur. Algunas personas duermen o hacen vigilia toda la noche en la sinagoga, así que el servicio dura toda la noche y el día siguiente. Alguno recitan la oración del rabino jasídico Levi Yitzjak de Berditschev, que dice: “Señor del mundo, me paro ante Ti y ante mis vecinos, perdonando y esforzándome por abrirme a todos quienes me hayan herido o enojado. Que esa herida de cuerpo o alma, de reputación o propiedad, aunque estuviesen obligados a herirme o lo hicieran de plena voluntad, ya fuese por accidente o adrede, fuese de palabra o hecho – les perdono porque todos somos humanos. Que nadie se sienta culpable por cuenta mía. Estoy dispuesto a cumplir el mandamiento ‘Ama a tu prójimo como a ti mismo.'” Inmediatamente pienso en Yeshúa quien, al preguntarle cuál era el mayor mandamiento, nos dijo que amemos a Dios con todo nuestro corazón, nuestra mente, nuestra alma y nuestra fuerza, y que amemos a nuestro prójimo como a nosotros mismos.

En Yom Kipur también se lee: “¿No es éste el ayuno que Yo escogí: desatar las ligaduras de impiedad, soltar las coyundas del yugo, dejar ir libres a los oprimidos, y romper todo yugo? ¿No es para que compartas tu pan con el hambriento, y recibas en casa a los pobres sin hogar; para que cuando veas al desnudo lo cubras, y no te escondas de tu semejante? Entonces tu luz despuntará como la aurora, y tu recuperación brotará con rapidez. Delante de ti irá tu justicia; y la gloria del SEÑOR será tu retaguardia” (Isa. 58:6-8). Nuevamente, recuerdo las palabras de Yeshúa cuando habló sobre el juicio de las naciones (Mateo 25). Dijo que Él juzgaría a las naciones según trataron a los más pequeños de Sus hermanos. La manera en que nos relacionamos con los demás refleja nuestra relación con el Padre.

Otro Moed con Dios

En este Estudio de Israel hemos visto algunas de las fechas que Dios designó para que Su pueblo se reuniese con Él, los días moed.

Foto: Moshe Shai/Ashernet

Dios también tiene un tiempo designado, una “hora” prescrita, para que las naciones evidencien favor y misericordia hacia Sion. “Te levantarás y tendrás compasión de Sion, porque es tiempo de apiadarse de ella, pues ha llegado la hora [moed]. Ciertamente Tus siervos se deleitan en sus piedras, y se apiadan de su polvo. Las naciones temerán el nombre del SEÑOR, y todos los reyes de la tierra, Su gloria. Porque el SEÑOR ha edificado a Sion, y se ha manifestado [y se manifestará] en Su gloria. Ha considerado la oración de los menesterosos, y no ha despreciado su plegaria”(Sal. 102:13-17).

Since the late 1800s, we have witnessed the Lord bringing the Jewish people home and building Zion. Jews arriving in Israel from the Diaspora (Jewish population outside Israel) often fall to the ground and kiss the earth in their deep happiness at coming to their homeland. During that same period of time, we have seen amazing archaeological discoveries. Many people are “taking pleasure in her stones and showing favor to her dust.” This is the time God is calling His people to arise and have mercy on Zion (Israel). It is the moed time to favor her. The Lord is building up Zion! Soon He will appear in His glory! It is His desire that the nations fear the name of the Lord and world leaders see the glory of God!

Desde la última parte del siglo 19, hemos visto que el Señor comenzó a traer el pueblo judío de regreso a su hogar para reconstruir a Sion. Los judíos que llegaban a Israel desde la Diáspora (población judía fuera de Israel) a menudo caían a tierra y la besaban en profunda alegría cuando regresaban a su tierra ancestral. Durante ese mismo tiempo, vimos muchos descubrimientos arqueológicos. Muchas personas se deleitaban en sus piedras y se apiadaban de su polvo. Todavía Dios llama a Su pueblo cristiano para que se levante y tenga misericordia de Sion. Esta es la hora para favorecer a Israel. El Señor está edificando a Sion ¡y pronto se manifestará en Su gloria! ¡Su deseo es que las naciones teman el nombre del Señor y los líderes mundiales vean la gloria de Dios!

La condición precaria de este mundo no sorprende a Dios. Estos son los días en preparación para la venida del Mesías en gloria. Esta es la hora en que las personas y naciones tendrán que tomar decisiones eternas. El pueblo judío cree que el tiempo entre Rosh HaShaná y Yom Kipur son días judiciales determinantes. Yo también opino que el mundo ha llegado a una hora cuando las decisiones que tomemos tendrán consecuencias eternas. Las naciones serán juzgadas por la manera en que trataron a Israel y el pueblo judío. (Lea Joel 3:1-2 y Mateo 25:1-1-46.) Estos los dolores de parto del Mesías.

No sabemos el momento exacto en que regrese el Mesías, pero sabemos que este es el momento de hacer los preparativos. Hoy es el día en que nos debemos acercar a Dios, arrepentirnos, amar a nuestros semejantes y alimentar a los hambrientos. Este es el tiempo en que debemos colaborar con Dios a medida que cumple Sus promesas al pueblo de Israel. Pronto estos días de dificultad terminarán, cuando terminen los dolores de parto. Así como nos regocijamos cuando nace un niño luego de un parto natural, nos regocijaremos con la venida de nuestro Mesías. Mientras esperamos por el retorno de nuestro Señor, amemos a Dios y a nuestros prójimos como a nosotros mismos.

En el próximo Estudio de Israel, analizaremos la Fiesta de los Tabernáculos, un tiempo de gran regocijo y celebración.

 

(Traducido por Teri S. Riddering,
Coordinadora Centro de Recursos Hispanos)

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Bibliografía

Cantrell, Ron. The Feasts of the Lord. 1999.
Chill, Abraham. The Mitzvot. Jerusalem: Keter Books, 1990.
Donin, Hayim Halevy. To Be a Jew. www.basicbooks.com, 1972.
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Kitov, Eliyahu. The Book of our Heritage. Feldheim Publishers, 1968.
Waskow, Arthur I. Seasons of our Joy. New York: Summit Books, 1982.
Wilson, Marvin R. Our Father Abraham. Grand Rapids, Mi: Eerdmans, 1989.
Zimmerman, Martha. Celebrate the Feasts. Minneapolis, Mn: Bethany House Publishers, 1981.

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