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Reconstruyendo la Vida que se Hizo Humo

julio 8, 2019
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Se les dijo que lo soltaran todo y llegasen a la entrada de la comunidad de inmediato. El rugiente incendio que hacía estragos en el bosque que rodeaba a Mevo Modi’im al centro de Israel ya estaba alcanzando los bordes del poblado. No había tiempo siquiera para empacar una bolsa, tomar documentos importantes ni reunir recuerdos o fotos preciadas. Los residentes fueron evacuados con sólo la ropa en sus espaldas, orando para que las llamas se apagasen y así pudiesen volver a sus casas. Pero eso no iba a ser. El incendio consumió a 40 casas del pueblo, casi destruyendo totalmente a Mevo Modi’im. Ahora los esqueletos carbonizados de hogares y automóviles son el único recordatorio de su previamente próspera comunidad. Sin embargo, en medio de la devastación, la comunidad alabó a Dios porque ni una sola vida humana se perdió. Inmediatamente recordé a Isaías 43:2, que dice: “…Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama te abrasará.

A finales de mayo, Israel tuvo que combatir una serie de devastadores incendios forestales por todo el país. El calor era sofocante, ya que Israel atravesaba una ola de calor abrasador. En un plazo de 41 horas, brotaron 1,023 enormes incendios. Las chispas regaban nuevos incendios cada dos minutos y medio. Bomberos y voluntarios batallaron las veinticuatro horas sin parar para controlar las llamas, con temperaturas por encima de 118º F (48º C) en algunas áreas. Sus esfuerzos incansables dieron fruto. Casi dos días después del primer incendio, las autoridades declararon que el último incendio ya había sido extinguido.

Ganaron la batalla contra las llamas, pero el daño infligido por los incendios fue horrible. Unos 1,962 acres de bosques, huertos y campos fueron reducidos a cenizas humeantes. Más de 3,500 israelíes tuvieron que ser evacuados. Un total de cincuenta casas ardieron en este mar de llamas. El fuego se robó más que simples muebles, autos, ropa y recuerdos. Memorias preciadas, un sentido de seguridad y la estabilidad en sus vidas desvanecieron como el humo. Nuestro amigo Shruly nos dijo que su rollo de la Torá con 150 años de edad, que había sobrevivido el Holocausto, quedó en cenizas. Siendo músico, Shruly también perdió su estudio de sonido, la mayor parte de sus instrumentos musicales e irremplazables partituras musicales escritas a mano. Todo lo que permanece para quienes lo perdieron todo es la desgarradora realidad de tener que reconstruir sus vidas.

Pero ellos no enfrentarán esa tarea solos. Puentes para la Paz está a su lado, brindando consuelo, compasión, finanzas y una mano amiga que tanto necesitan. A meras horas de apagarse las llamas, tuvimos la oportunidad de visitar a Mevo Modi’im y caminar con los residentes a través de los carbonizados restos de sus hogares. Nunca antes en la historia de Israel se había quemado todo un pueblo. Quedaron arruinadas las casas, los automóviles, los muebles, la infraestructura, el cableado eléctrico y la plomería. Aquellos cuyas casas  sobrevivieron parcialmente no pueden regresar debido a la infraestructura inexistente. A pesar de la devastación, los residentes siguen resueltos, incluso cantan alabanzas a Dios entre las ruinas ennegrecidas.

Cuando preguntamos a los residentes qué necesitan en estos momentos, nos dijeron que no tuvieron tiempo de tomar sus computadoras portátiles antes de salir huyendo. Inmediatamente nos contactamos con nuestro proveedor de computadoras y ordenamos 50 computadoras nuevas. Dos días después, las entregamos. Shoshanna estaba tan feliz que cantó su agradecimiento mientras bailaba alrededor de la oficina, diciendo: “¡Ustedes son unos ángeles!” Los ojos de Hannah estaban llenos de lágrimas mientras nos abrazaba. Ella y su esposo, Danny, escaparon con sus cuatro niños pequeños y nada más.

Unos días después colaboramos con el rabino Tuly Weisz para organizar un paseo a un centro comercial. Les pagamos su almuerzo, la entrada a una zona de juegos para niños y les dimos una tarjeta de regalo valorada en NIS 500 (US $140) a 300 personas.

El proceso para reconstruir sus vidas probablemente tomará unos dos años. Queremos estar con ellos en cada momento de su transición. Una vez que se muden a sus casas temporeras (caravanas), necesitarán muebles y enseres del hogar. Literalmente todo debe ser reemplazado.

¿Se unirá a nosotros en esta misión? Su generoso regalo hacia nuestro fondo Ayuda en  Crisis bendecirá a todo un pueblo con amor cristiano de manera práctica. Su regalo de amor ayudará a que familias israelíes restauren sus vidas, sus hogares y su seguridad luego de que todo se esfumara.

Bendiciones de Israel,
Rebecca J. Brimmer
Presidente Internacional y CEO

 

Traducido por Teri S. Riddering,
Coordinadora Centro de Recursos Hispanos