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¡En Agradecimiento!

noviembre 15, 2016
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Estoy tan agradecida por la multitud de bendiciones que Dios me ha dado. Cada respiro es un regalo del Todopoderoso. Cada gota de agua, cada bocado de pan – todo lo bueno proviene de Él. Abro mi refrigerador, y doy gracias a Dios por habernos dado tanto alimento. “Toda buena dádiva y todo don perfecto viene de lo alto, desciende del Padre de las luces, con el cual no hay cambio ni sombra de variación” (Santiago 1:17).

Cada otoño en Estados Unidos y Canadá celebramos el Día de Acción de Gracias, un día especial para dar gracias a Dios por Su bondad. En Israel celebramos Sucot (la Fiesta de los Tabernáculos), y gran parte de esa fiesta es en gratitud a Dios por todo lo que nos provee. Durante esos tiempos especiales, pensamos en quienes padecen necesidad en nuestras comunidades y nos aseguramos de que ellos también tengan suficiente comida para la celebración.

Pero el hambre no se siente solamente en los días de fiesta. Aunque Sucot es una de las fiestas de peregrinaje cuando cada hombre tenía que subir a Jerusalén con sus ofrendas, no todas las ofrendas eran llevadas al Templo durante las fiestas. Gran parte del diezmo se usaba para ministrar a los pobres, a las viudas y a los huérfanos durante todo tiempo del año.

En Israel, como el 25% de la población vive bajo el nivel de pobreza, lo que representa sobre 2 millones de personas. Muchos son nuevos inmigrantes luchando por establecerse en su nueva patria. Algunos son sobrevivientes del Holocausto, y viven en condiciones desesperantes. Cuando abren sus refrigeradores, ¿qué ven? Uno de los alcaldes con quien trabajamos describió su visita a varios hogares de nuevos inmigrantes donde observó que trancaban sus refrigeradores con candado. De esa manera controlaban la cantidad de comida que los miembros familiares comían en el día. Otros carecen hasta de vivienda. No tan sólo carecen de un refrigerador lleno de comida, sino que también carecen de un hogar.

¿Por qué Dios Nos ha Bendecido?

ap_1116_foodbank_dscf1126_sqCiertamente, ¡Dios nos bendice por Su gran amor! Pero eso trae a colación una pregunta: ¿Acaso Dios ama a algunos más que a otros? En la Biblia leemos acerca de un hombre muy próspero, y que un año tuvo una cosecha más abundante de lo usual. No tenía espacio en su granero para almacenar tanto grano, así que decidió construir unos graneros más grandes para su abundante alimento. Pero Dios no se agradó de ese hombre. ¿Por qué? Creo que fue porque Dios nos hizo para que compartamos nuestra bendición con otros en la comunidad. Debemos estar conscientes de las necesidades de los menos afortunados. No nos bendice sólo para suplir a nuestra propia necesidad, sino que Su propósito es que compartamos Su amor. No es malo el ser próspero, pero quizás es malo que ignoremos el sufrimiento de otros mientras abastecemos nuestros propios graneros. ¿Será posible que Dios nos bendice para que demostremos Su carácter amoroso a otros?

Puentes para la Paz Alimenta y Bendice

Cada mes, nuestro equipo de personal y voluntarios compra alimento nutritivo en grandes cantidades, lo envasa en pequeños sacos y lo distribuye a sobre 22,000 personas amadas por Dios. Distribuimos cada saco de alimento con amor. Llenamos sus alacenas con comida y sus corazones con el conocimiento de que Dios los ama de tal manera que mueve los corazones de cristianos alrededor del mundo para ministrar a sus necesidades físicas. Nos encanta ver sus sonrisas cuando se dan cuanta que no están solos. Puentes para la Paz está con ellos; miles de cristianos están con ellos.

Mientras usted prepara sus comidas en celebración de las fiestas, o cuando usted abra su refrigerador, por favor pida a Dios que le indique cuánto Él quiere que usted done para bendecir a Sus hijos e hijas que regresan a Sion. Pregúntele si Él quiere que usted alimente al indigente en Israel. ¿Él desea que usted exprese el amor cristiano a través de su regalo de alimento? Su regalo puede ayudarnos a asegurar que ellos tengan suficiente comida cada día del año. Su regalo puede impactar las vidas de aquellos a quienes Dios llama de regreso desde los cuatro confines de la tierra. Únase a nosotros mientras colaboramos con Dios para bendecir al pueblo de Israel. Ningún regalo es demasiado pequeño o grande, porque la necesidad es tan abrumadora.

Le doy gracias a Dios por todas Sus bendiciones. Hoy le doy gracias a Dios por usted. Su fidelidad en alimentar al pueblo de Israel capacita a nuestro personal para que extienda una mano de amor a los israelíes necesitados. Hoy oro para que Dios le prospere y que usted, a la vez, pueda bendecir a otros con esa gran abundancia de Dios a su vida.

Bendiciones desde Israel,
Rebecca J. Brimmer,
Presidenta Internacional Ejecutiva