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Acuerdo Sykes-Picot y los Sionistas

mayo 24, 2016
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Muchas personas asumen que el acuerdo Sykes-Picot de 1916, cuando se dividieron las provincias árabes previamente bajo el Imperio Otomano entre Inglaterra y Francia, adelantó el proyecto sionista en Palestina [como era conocida antes de convertirse en la nación de Israel en 1948]. El movimiento sionista celebró a Sir Mark Sykes como uno de sus defensores, y por ende se ha creído que sirvió a los intereses sionistas. Eso es totalmente falso.

En sus memorias, Chaim Weizmann, el líder sionista que produjo la Declaración Balfour, escribió que Sykes-Picot era “fatal para nosotros… El acuerdo Sykes-Picot no fue un pleno tratado; pero fue lo suficientemente oficial como para representar el obstáculo más grande a nuestro progreso.” Sykes-Picot no fue un preludio para la Declaración de Balfour, sino un obstáculo que tenía que ser eliminado para alcanzar la Declaración de Balfour.

Sykes-Picot fue producto de temor como también de avaricia. La razón por el temor era que, en la secuela de la Primera Guerra Mundial, los antiguos rivales Inglaterra y Francia continuarían luchando entre sí para tomar los pedazos del Imperio Otomano. El objetivo primordial de Sykes-Picot fue preservar el balance de poder, y en ese respecto logró su cometido.

Mark Sykes y François Georges-Picot dividieron las provincias árabes del imperio según una “línea en la arena,” cruzando el desierto sirio de este a oeste. Al norte de esa línea se encontraba la zona “azul” bajo control exclusivo francés y uno o más estados árabes bajo la protección francesa. Al sur, se encontraba la zona “roja” bajo control exclusivo británico y uno o más estados árabes bajo protección británica.

Lo primero que uno observa en el mapa es que “Palestina” no es fácilmente divisible, según las líneas francesas y británicas. De hecho, esa porción del mapa se dividió en cinco pedazos. La parte más al norte del país, incluyendo los ríos afluentes al Río Jordán en el norte del Mar de Galilea y parte de la costa norteña del lago, quedó en azul, bajo total control francés. La orilla al este del lago y los Altos del Golán se designaron como parte de un estado árabe bajo protección francesa.

Los puertos de Haifa y Acre, y la planicie entre ellos, se pintaron en rojo, bajo control directo británico. Inglaterra quería ese punto para establecer una vía de ferrocarril desde Bagdad hasta el Mar Mediterráneo.

Gran parte del país, incluyendo Jerusalén, Jaffa, Tiberias y Gaza se coloreó en marrón [o amarillo, según el mapa adjunto]. De acuerdo con Sykes-Picot, “el área marrón será establecido bajo una administración internacional, cuya forma se decidirá luego de unas consultas con Rusia, y más adelante en consulta con otros aliados y los representantes del sharif de Meca.”

Finalmente, la parte sur del país, incluyendo Hebrón y Beersheva, además de Transjordania [al este del Río Jordán], serían parte de un estado árabe, o confederación de estados, bajo protección británica. De esa manera, el mapa Sykes-Picot constituye el primer plan de partición para Palestina en no menos de cinco zonas. ¿Por qué en tantos pedazos? Nuevamente, para un supuesto balance de poder. Inglaterra había esperado crear un puente terrestre desde el Golfo Pérsico hasta el Mar mediterráneo, pero había otros poderes de por medio. Por lo tanto, el acuerdo respecto a Palestina hacía concesiones a casi todas las demás partes interesadas: Francia, Rusia, Italia y el Sharif de Meca. Eso incluía a casi todos, excepto los sionistas.

Chaim Weizmann estaba angustiado al encontrar que el acuerdo no reflejaba ni pizca de consideración por las metas sionistas. Weizmann describió esa partición como un “dictamen salomónico del peor tipo; el niño cortado en dos, y ambas mitades mutiladas.” Si se llegase a implementar Sykes-Picot, protestó Weizmann, “el esfuerzo colonizador judío de algunos treinta años [sería] aniquilado.”

Respecto al control internacional del área marrón, “sería plagado de los peligros más graves…Cualquier empresa en el país tendría que ser sancionada por ambos gobiernos y produciría constantes pleitos.”

Luego de abril de 1917, Weizmann se dedicó a revocar Sykes-Picot. Los sionistas tenían una meta: intercambiar el plan de partición Sykes-Picot por un protectorado exclusivamente británico sobre toda Palestina. Sólo bajo un protectorado británico, concluyó correctamente Weizmann, el proyecto de un hogar judío podría tomar raíz y florecer.

Y Weizmann venció: logró revocar a Sykes-Picot en su totalidad. De hecho, tenía muchos colaboradores poderosos. Para ese tiempo, Weizmann se había enterado de que muchos oficiales británicos también querían despedazar a Sykes-Picot.

Finalmente, Sykes se retrajo del acuerdo, trató de que Picot lo modificara, y ayudó [al Secretario del Exterior británico Arthur James Balfour] para formular la Declaración Balfour, [firmada el 2 de noviembre de 1917, que lee como sigue:

“El Gobierno de Su Majestad contempla favorablemente el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío y hará uso de sus mejores esfuerzos para facilitar la realización de este objetivo, quedando bien entendido que no se hará nada que pueda perjudicar los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías existentes en Palestina ni los derechos y el estatuto político de que gocen los judíos en cualquier otro país.”]

Y como escribió luego el Primer Ministro británico David Lloyd George respecto a los ejércitos [británicos en la Tierra Santa] dirigidos por el General Edmund Allenby: “Si Palestina es recapturada, debe permanecer una e indivisible para que su grandeza sea renovada como una entidad viviente.” [Para mediados de diciembre de 1917, el General Allenby había retomado gran parte de Palestina, incluyendo a Jerusalén, de manos turcas.]

La Declaración Balfour fue un paso crucial para liberar la porción de Palestina del mapa Sykes-Picot, el cual se deshizo formalmente [en 1918] cuando Inglaterra recibió el mandato exclusivo sobre toda Palestina. Fue ese protectorado británico lo que eventualmente hizo posible la nación de Israel. Si el mapa Sykes-Picot se hubiese implementado, Israel probablemente nunca hubiese nacido.

MOTIVO DE ORACIÓN: Dele gracias al Señor por líderes judíos sionistas como Chaim Weizmann y por líderes sionistas cristianos como Lord Arthur Balfour, quienes fueron cruciales en revocar la partición de la tierra bajo el acuerdo Sykes-Picot durante la Primera Guerra Mundial. Aunque fue dividida luego por los británicos, la nación de Israel pudo ser re-establecida en 1948 como el hogar judío nacional. Ore para que Israel y sus líderes se mantengan firmes ante la presión global y que no acepten condiciones donde se vean forzados a entregar la Tierra de su herencia.

VERSO BÍBLICO: “Pero ahora se han juntado contra ti muchas naciones, que dicen: ‘Sea profanada, y que se deleiten en Sion nuestros ojos.’ Pero ellos no conocen los pensamientos del SEÑOR, ni comprenden Su propósito; porque los ha recogido como gavillas en la era” (Miqueas 4:11-12).

 

(Traducido por Teri S. Riddering,
Coordinadora Centro de Recursos Hispanos)

Publicado en mayo 24, 2016

Fotografía por: Mapa de Sykes-Picot, Wikipedia

Fuente: Porciones de un artículo por Dr. Martin Kramer, Centro para Asuntos Públicos de Jerusalén