Los incidentes antisemitas se cuadruplicaron en Australia en 2024

Australia experimentó una cuadruplicación de los incidentes antisemitas documentados en 2024, el aumento más pronunciado entre los países de habla inglesa con datos disponibles, según el “Informe Anual J7 sobre Antisemitismo 2025”, publicado el miércoles.

El informe recopila estadísticas de las organizaciones miembros del grupo de trabajo J7, una coalición global formada en 2023 que incluye a la Liga Antidifamación (ADL) de Estados Unidos y grupos colaboradores del Reino Unido, Australia, Canadá, Francia, Alemania y Argentina.

Si bien Estados Unidos reportó el mayor número de incidentes en términos absolutos —9,354 en 2024, frente a los 8,873 del año anterior— Australia registró el aumento relativo más drástico, con un aumento de los incidentes antisemitas reportados de 495 a 2,062.

La ADL, autora del capítulo estadounidense junto con la Conferencia de Presidentes de las Principales Organizaciones Judías Estadounidenses, señaló, que las cifras de 2024 marcaron el nivel más alto jamás registrado en los 45 años de historia de su Auditoría Anual de Incidentes Antisemitas. El aumento interanual del 5%, según el informe, “demuestra que el elevado antisemitismo se ha convertido en una realidad persistente para las comunidades judías estadounidenses desde el 7 de octubre de 2023, en lugar de un simple repunte temporal”.

En Australia, el aumento del antisemitismo no solo fue numérico, sino que también se caracterizó por una escalada en su gravedad. Entre los incidentes se incluyen: el incendio provocado de una sinagoga en Melbourne en diciembre, vandalismo y ataques a viviendas judías, y el descubrimiento en marzo de una furgoneta cargada con explosivos y una lista de objetivos judíos en un suburbio de Sídney.

“Existe una sensación generalizada de inseguridad en toda la comunidad judía: la incertidumbre sobre el futuro y la incertidumbre sobre si los gobiernos, los servicios policiales y los líderes de la sociedad civil responderán adecuadamente, no responderán en absoluto o responderán de una manera que permita que la situación empeore”, afirma el informe, cuyo capítulo australiano está elaborado por el Consejo Ejecutivo del Judaísmo Australiano (ECAJ).

Un informe independiente del gobierno israelí, publicado el lunes, se hizo eco de las preocupaciones sobre la respuesta del gobierno australiano, afirmando que los miembros de la comunidad "acusan al gobierno de que, al ignorar los incidentes antisemitas y adoptar una política anti-israelí severa, está fomentando el antisemitismo en el país".

En contraste, el informe J7 atribuyó al gobierno de Biden la continua implementación de la Estrategia Nacional de Estados Unidos para Contrarrestar el Antisemitismo, citando más de 100 medidas políticas en diversas agencias federales. Estos esfuerzos buscaban crear conciencia, mejorar la seguridad, contrarrestar la normalización del antisemitismo y promover la solidaridad intercomunitaria.

Sin embargo, el gobierno ha enfrentado críticas por supuestamente no hacer lo suficiente, particularmente en respuesta a los disturbios en los campus. En 2024, el representante Josh Gottheimer (demócrata por Nueva Jersey) escribió al secretario de Educación, Miguel Cardona, expresando su preocupación por la lentitud de las investigaciones sobre incidentes antisemitas y la falta de recursos adecuados.

El ex-embajador de Israel en Estados Unidos, Michael Oren, acusó al gobierno de Biden de minimizar el problema por motivos políticos. “Quieren ser reelegidos y temen lo que pueda suceder en los estados clave”, declaró a la NBC el año pasado.

El informe también destacó las medidas adoptadas durante la administración del expresidente Donald Trump para combatir el antisemitismo, incluyendo órdenes ejecutivas, la formación de un grupo de trabajo interinstitucional, y un mayor escrutinio de las actividades en el campus.

“Estos son pasos positivos”, escribió la ADL, “pero es necesario supervisar su eficacia y garantizar que no vulneren el debido proceso”.

En algunos casos, las autoridades estadounidenses han deportado u ordenado la deportación de estudiantes extranjeros, presuntamente involucrados en actividades anti-israelíes en el campus. Entre ellos se encuentra Mahmoud Khalil, argelino titular de la tarjeta verde, cuya deportación se ha convertido en una prueba de fuego para la estrategia del gobierno. Su caso, ahora objeto de recursos legales, ha atraído la atención nacional como símbolo de la represión de la era Trump contra el activismo universitario que deriva en antisemitismo.

Traducido por Chuy González – Voluntario en Puentes para la Paz