'El León Se Levanta': cómo Israel tomó el control de los cielos de Irán
El 13 de junio de 2025, mientras Teherán dormía, el zumbido distante de los aviones israelíes F-35 se fue intensificando gradualmente, hasta convertirse en un rugido que rompió la calma. La operación 'El León Se Levanta' había comenzado un audaz ataque que condujo 200 aviones a un ataque en el interior de Irán, con el objetivo de lanzar misiles a instalaciones nucleares y figuras militares clave. Al amanecer, las defensas aéreas iraníes ya estaban destrozadas, e Israel había logrado casi el dominio total del espacio aéreo de su rival. Este fue un triunfo de la estrategia, la tecnología y la audacia, reforzado por ingeniosas modificaciones, como agregar tanques de caída de preservación de combustible —optimizados para el sigilo— a los F-35 israelíes . A continuación explico cómo Israel logró esta hazaña, lo que podría significar y por qué Irán está atrapado en la situación.
La jugada maestra de la operación El León Se Levanta fue la elaborada distracción israelí, una artimaña de múltiples capas, que dejó a Irán desprevenido para el ataque. Durante días, Israel envió señales falsas a Teherán: filtraciones a los medios sugirieron que el primer ministro Netanyahu estaba preocupado por las propuestas de miembros clave de la Knéset para disolver el gobierno, mientras que una disputa inventada entre Estados Unidos e Israel sobre un viaje diplomático "fantasma" de un enviado estadounidense, quedó sin refutar. Y lo que es crucial, Israel amplificó los rumores sobre retrasar los ataques hasta después de las conversaciones nucleares entre Estados Unidos e Irán, programadas para el 15 de junio de 2025, haciendo creer a los líderes iraníes que tenían más tiempo. En cambio, el 13 de junio, más de 200 aviones israelíes (F-35, F-15 y F-16) lanzaron un feroz ataque, alcanzando más de 100 objetivos; incluyendo los sistemas de defensa aérea iraníes S-300 y S-400, dejando sus cielos indefensos. El F-35I Adir, el avión furtivo de Israel, sobrevoló sin ser detectado durante horas, llegando hasta Mashhad, a 2,300 kilómetros de distancia, donde destruyó un aeropuerto militar iraní y un avión de reabastecimiento; un hito histórico.
Para alcanzar los objetivos iraníes más remotos, Israel equipó sus F-35 con tanques de combustible de 600 galones, lo que aumentó su alcance en aproximadamente un 40%, sin necesidad de reabastecimiento en vuelo. Estos tanques, desarrollados con materiales que absorben el radar para preservar el sigilo, brindaron a los pilotos una ventaja crucial para las misiones sobre Teherán. Esta innovación, sumada a los sistemas avanzados de guerra electrónica, permite a los pilotos sobrevolar los objetivos; maximizando la precisión. Los ataques fueron devastadores: más de 120 lanzamisiles destruidos, un tercio del arsenal de misiles iraní destruido y facilidades nucleares como Natanz; gravemente dañadas. Existen informes no confirmados de que los ataques también afectaron la capacidad operativa de Fordow, la fortaleza iraní de enriquecimiento nuclear cerca de Qom, que se encuentra a 800 metros bajo una montaña de roca.
La fuerza aérea iraní, que debía resistir el asalto, se derrumbó instantáneamente. Un piloto israelí describió la escena: “Llegamos en avión y los pilotos iraníes simplemente desaparecieron. Sus cazas despegaron de bases aéreas cerca de Teherán y Bushehr, y luego huyeron hacia el este tan rápido como pudieron. Nos vieron y huyeron”. Estos relatos revelan que los pilotos iraníes simplemente abandonaron el combate, otorgando a Israel el control absoluto sobre ciudades clave como Teherán, Natanz y Sagand.
La ventaja de Israel iba más allá del hardware de alta tecnología y el engaño. Inteligencia en tiempo real y un ejército de drones, operados por agentes del Mossad dentro de Irán, atacaron sistemas de defensa aérea, radares, tripulaciones de misiles y lanzadores antes de que Irán pudiera contraatacar. Los asesinatos selectivos provocaron la pérdida del jefe del Estado Mayor de Irán, del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria y de varios comandantes clave; lo que conmocionó al mando del régimen iraní. La eficiencia de la operación —destruir misiles en tierra en lugar de en pleno vuelo— obstaculizó gravemente la capacidad de Irán para ofrecer una respuesta inmediata.
La respuesta de Irán llegó. Fue feroz, pero limitada. Los ataques con misiles han matado a 24 civiles israelíes, impactando Bat Yam, Jaifa y Rehovot, y han dejado 166 heridos en una sola noche. La Cúpula de Hierro y las defensas estratificadas de Israel detuvieron la mayoría de los proyectiles, manteniendo las pérdidas por debajo de lo temido. Mientras tanto, en Irán, las defensas aéreas reducidas a cañones y fuego antiaéreo obsoletos; no pudieron alcanzar los aviones israelíes. Un funcionario iraní admitió que sus fuerzas están perdiendo el control, con el caos extendiéndose. Con bases y líderes clave eliminados, la capacidad de Irán para contraatacar de forma sustancial se está desvaneciendo.
El cambio estratégico es enorme. La superioridad aérea de Israel le permite atacar objetivos de alto valor con un riesgo mínimo. Irán se enfrenta a una decisión difícil: escalar con la mano débil o negociar. Los mediadores del Golfo informan de la posibilidad de conversaciones de alto al fuego, y el presidente estadounidense Trump, ha instado a Teherán a "actuar con rapidez".
El frente interno de Israel ha sentido la presión. El costo humano —hogares destrozados, familias en duelo— ha puesto a prueba su resiliencia. Sin embargo, las defensas y la determinación pública de Israel se han mantenido firmes.
A nivel internacional, el G7 (Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos) respalda la autodefensa de Israel, mientras que Gran Bretaña, Francia y Alemania apoyan discretamente la campaña. Erdogan y Macron —los sospechosos habituales— presionan para que se inicien conversaciones.
El triunfo de Israel es una obra maestra de guerra innovadora. Subterfugios, inteligencia de élite y tecnología de vanguardia convirtieron rápidamente los cielos de Irán en dominio israelí. La ventaja psicológica y táctica es innegable, pero la lucha no ha terminado. El próximo movimiento de Irán, ya sean misiles o diplomacia, definirá el futuro de Oriente Medio. La Fuerza Aérea Israelí sobre un país tan grande como Irán, podría haber inclinado ya la balanza de poder en Oriente Medio a favor de Israel, dejando al ejército iraní vergonzosamente debilitado y sus defensas clave diezmadas. Los ataques contra las instalaciones nucleares iraníes han retrasado sus ambiciones nucleares, calmando los temores de los Estados del Golfo. Cómo se desenvolverá esto en el futuro inmediato y a largo plazo, es una incógnita. Por ahora, sin embargo, los aviones de combate israelíes dominan el aire.
Traducido por Chuy González – Voluntario en Puentes para la Paz
Un artículo por Simon Fenn, originalmente publicado por Bridges For Peace (Puentes para a Paz), el 17 de junio de 2025. (El vocabulario respecto al tiempo ha sido modificado para reflejarse en nuestra publicación del día de hoy).
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