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Yom Kippur: Cuando una nación se arrepiente

septiembre 16, 2021
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Conmemoración de Yom Kippur en el Muro Occidental en Jerusalén (fotografía representativa)

Hoy miércoles no es un día cualquiera en Israel. El bullicio en las calles de la ciudad cuando un país realiza su rutina matutina es de alguna manera más tenue. La nación se prepara para el Shabat (día de reposo) de los Shabats.

Las oficinas y las escuelas despedirán al personal y a los alumnos a casa temprano hoy. Las tiendas, los mercados y los restaurantes cerrarán sus puertas alrededor del mediodía. Los autobuses y los trenes llevarán a sus últimos pasajeros a su destino mucho antes del anochecer. El tráfico se reducirá y luego desaparecerá por completo de las carreteras y calles habitualmente congestionadas. Las estaciones de radio y televisión desearán a sus oyentes y televidentes un “ayuno fácil” antes de apagarse durante las próximas 25 horas.

Luego, justo antes de que se ponga el sol, un silencio santo caerá sobre la Tierra Prometida, mientras la puesta del sol marca el comienzo de Yom Kippur (Día de la Expiación), el día más sagrado del año para el pueblo de Israel.

La nación judía no es la única que ve a Yom Kippur como sagrado. Levítico 23:26-27 NBLA nos dice que esta fiesta bíblica también es santa para Dios. “Y el Señor dijo a Moisés: «A los diez días de este séptimo mes será el día de expiación; será santa convocación para ustedes, y humillarán sus almas . . . »”.

Hoy, miles de años después de que Dios le dio a Moisés estas instrucciones, el pueblo de Israel se está preparando una vez más para el tiempo señalado por Dios según Sus directivas: afligiendo sus almas. Esto implica abstenerse de todos los placeres carnosos, incluida la comida y la bebida, y ayunar y orar durante un período de 25 horas.

El propósito de Yom Kippur se explica en Levítico 23:28: “… porque es día de expiación, para hacer expiación por ustedes delante del Señor su Dios”.

En los tiempos bíblicos, este era el único día del año en el que el sumo sacerdote debía entrar al Lugar Santísimo para invocar el nombre de Dios, ofreciendo un sacrificio por el perdón de los pecados en nombre del pueblo de Israel. Por tanto, Yom Kippur es un día especial de arrepentimiento.

Hoy no es diferente. Yom Kippur es un día de autoevaluación y arrepentimiento de los pecados del año pasado. Las sinagogas en todo Israel generalmente están llenas a capacidad, y se pueden escuchar los sonidos de oraciones por las calles tranquilas todo el día.

A lo largo de los siglos, Yom Kippur ha actuado como un factor unificador y regenerador para el pueblo judío. Independientemente de la ubicación física, convicción o creencia, el Día de la Expiación despierta una chispa en el corazón de muchos judíos.

Lo mismo ocurre hoy. A pesar de la severidad del ayuno —con total abstinencia de cualquier alimento y líquido durante más de 24 horas— muchos israelíes optan por observar Yom Kippur.

Mientras que Yom Kippur se observa con el asombro y la reverencia debidos a un día tan sagrado tanto para Dios como para el pueblo de Israel, también hay un elemento de expectación gozosa que acompaña a este día sagrado. De hecho, algunos en Israel se refieren a él como el día más feliz del año. La razón es sencilla: en el pensamiento judío, cuando termina Yom Kippur, la gente se presenta expiada, limpiada y perdonada ante el Todopoderoso.

Un silencio santo desciende sobre la nación mientras el pueblo de Israel se prepara para afligir sus almas. En Puentes para la Paz unimos nuestros corazones con el pueblo judío mientras una nación se arrepiente.

 

Traducido por Robin Orack – Voluntaria en Puentes para la Paz
Revisado por Raquel González – Coordinadora Centro de Recursos Hispanos

 

Publicado en septiembre 16, 2021

Fuente: Un artículo por Ilse Strauss, originalmente publicado por Bridges for Peace (Puentes para la Paz), el 15 de septiembre de 2021.

Fotografía por: איתי טיומקין/wikimedia.org

Fotografía con licencia: Wikimedia