El pasado 24 de diciembre, y por primera vez en casi cuarenta años, la primera noche de la fiesta de Jánuca coincidió con la víspera de la Navidad cristiana. Jánuca es una celebración de ocho días conmemorando la multiplicación milagrosa de aceite y luz. Y aunque no sabemos la fecha exacta del nacimiento de Yeshúa, la época es un tiempo de celebración cristiana por el advenimiento milagroso de la Luz del Mundo.
La historia tras Jánuca, también llamada la Fiesta de las Luces o Fiesta de Dedicación, suena como una narración épica de victoria nacional. El evento ocurrió hace 21 siglos, cuando Antíoco IV, sucesor de Alejandro el Grande, gobernaba sobre el pueblo de Israel con mano dura, severa opresión y frecuentes masacres. Antíoco prohibió la práctica de la religión judía y profanó el Templo al sacrificar cerdos sobre el altar.
Un grupo de fieles judíos, llamados los macabeos, organizaron una revuelta contra los gobernantes griegos. Pese a toda probabilidad, la pequeña banda de judíos logró derrotar a uno de los ejércitos más poderosos de su tiempo y los echaron de la Tierra.
Inmediatamente después de esa milagrosa victoria, los macabeos procuraron purificar y re-dedicar el Templo a Dios. Pero se toparon con un problema: sólo encontraron una pequeña jarra de aceite ritualmente puro para alumbrar la ‘menorá’ (o el candelabro) del Templo. Según la tradición, Dios intervino de manera milagrosa para que ese aceite durara ocho días, el tiempo exacto para preparar más aceite ritualmente puro.
Por lo tanto, cada noche durante esos ocho días, familias y amistades se reúnen para alumbrar las velas de su ‘januquía’, el candelabro especial de nueve llamas.
Y mientras los cristianos también procuramos pasar la Navidad en compañía de familiares y amigos, recordamos que Yeshúa nació durante un tiempo igualmente oscuro en la historia judía, durante la opresión romana, para traer luz y esperanza. Esa esperanza es la luz que aún alumbra en los corazones de cristianos al día de hoy.
El Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, envió un mensaje especial a todos los amigos cristianos de Israel alrededor del mundo. Dijo: “Feliz Navidad y un Feliz Año Nuevo. Me siento orgulloso de nuestra relación con hermanos y hermanas cristianas. Nos conmueve profundamente tener este lazo con ustedes porque todos sabemos que esta Tierra de Israel es la tierra de nuestra común herencia. [Esta Tierra] ha cambiado el curso de la historia humana, ha cambiado la civilización. Qué magnífica herencia es esta.”
Continuó diciendo Netanyahu: “También reconocemos que [esta Tierra] está bajo ataque en estos días, y que las fuerzas de intolerancia y barbarismo que atacan a todas las religiones también atacan a los cristianos con particular vehemencia. Estamos con ustedes, y me siento orgulloso por el hecho de que Israel es el único lugar en el Medio Oriente donde la comunidad cristiana no sólo sobrevive sino que prospera, y eso no es por casualidad. Es porque estamos comprometidos a proteger la libertad de credo; es porque valoramos nuestra herencia; es porque valoramos nuestro futuro en común.”
La familia de Bridges for Peace (Puentes para la Paz) les desea a usted y a sus seres queridos una época navideña llena del gozo y la luz de la presencia de Dios. A nuestros amigos judíos, reconocemos y valoramos, según dijo Netanyahu, el lazo que existe entre nosotros. Les deseamos una feliz Jánuca, mientras alumbran las velas durante esta época de celebración.
MOTIVO DE ORACIÓN: Ore para que Dios continúe protegiendo a Israel de tiranos malvados que procuran destruirlo como nación, y que Israel pueda ver a verdaderos cristianos como una fuente de apoyo y ayuda durante sus tiempos de necesidad.
VERSO BÍBLICO: “El pueblo que andaba en tinieblas ha visto gran luz; a los que habitaban en tierra de sombra de muerte, la luz ha resplandecido sobre ellos” (Isaías 9:2).
(Traducido por Teri S. Riddering,
Coordinadora Centro de Recursos al Mundo Hispano)
Publicado en diciembre 26, 2016
Fuente: Porciones de un artículo por Ilse Posselt
Fotografía por: MGonzales/bridgesforpeace
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