La Autoridad Palestina [AP] es muy consciente de la vergüenza y la reacción violenta que podría enfrentar luego de la hospitalización del alto funcionario de la OLP [Organización de Liberación de Palestina] Saeb Erekat en Israel, quien se encuentra en una condición grave después de contraer el coronavirus.
La decisión de llevarlo a un hospital israelí es especialmente delicada dada la falta total de relaciones diplomáticas entre Ramala y Jerusalén y las críticas de la AP a los EAU y Bahrein por sus acuerdos de normalización con Israel (además de las cálidas relaciones entre Fatah [principal partido político palestino secular] y el grupo terrorista Jamás).
Como resultado, Ramala está tratando de minimizar el daño causado a su imagen pública. Por ejemplo, un portavoz de Fatah tuiteó: «el traslado de Saeb Erekat al Centro Médico Hadassah [en Jerusalén] no tiene nada que ver con que él contraiga coronavirus, sino más bien con complicaciones relacionadas con un trasplante de pulmón al que se sometió hace tres años».
«Se eligió el hospital porque es el más cercano [a Ramala], con el equipo adecuado y necesario para el tratamiento», agregó. «Erekat fue trasladado al Centro Médico Hadassah porque un tratamiento en el extranjero no es posible durante la pandemia».
El Twitter oficial del Departamento de Asuntos de Negociaciones de Palestina ocultó por completo el hecho de que Erekat se encontraba en Jerusalén y escribió que lo llevaron a un hospital en Tel Aviv, corrigiendo su declaración tan solo una hora después.
Además, el hecho de que la familia de Erekat solicitara que lo trasladaran a un hospital israelí podría ser un indicio de que su estado es peor de lo que se le dice al público.
El principal negociador palestino sufría de una condición respiratoria que lo obligó a someterse a un trasplante de pulmón en Estados Unidos en 2017. Si su condición fuera relativamente leve, es seguro asumir que su familia habría optado por un hospital en Ammán, Jordania.
El portavoz del hospital de Jerusalén dijo el domingo por la noche que Erekat se encontraba en una condición grave pero estable. Necesitaba soporte de oxígeno de alto flujo y estaba siendo tratado en una unidad de cuidados intensivos para pacientes con coronavirus siguiendo las súplicas de los funcionarios de la Autoridad Palestina al gobierno israelí y la gerencia de Hadassah.
La hospitalización de Erekat ha expuesto que no todo es lo que parece. A pesar de que Ramala puso fin a casi toda la coordinación militar y civil con Israel, los casos urgentes parecen ser una excepción.
Podrían haber existido otros casos similares de cooperación mutua entre Ramala y Jerusalén durante los últimos meses, que se mantuvieron bajo el radar y lejos de los ojos de los medios de comunicación.
No obstante, la ruptura de vínculos ha complicado significativamente las cosas para los palestinos comunes. Aquellos de Cisjordania [Judea y Samaria] o la Franja de Gaza que requieren tratamiento médico avanzado en Israel no pueden recibirlo, incluso si dichos servicios no están disponibles en la Autoridad Palestina.
Ramala, por su parte, dice que los palestinos que reciben estos tratamientos solo traen más dinero a los hospitales y HMO [Organización para el Mantenimiento de la Salud, por sus siglas en inglés] de Israel; pero parece que cuando se trata de funcionarios palestinos, especialmente tan altos como Erekat, toda ideología se viene abajo y recibir ayuda de Israel es juego limpio.
Publicado en octubre 22, 2020
Fotografía por: Maryland GovPics/wikimedia.org
Fotografía con licencia: Wikimedia
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