Camiones palestinos estacionados cerca del cruce de Kerem Shalom en la Franja de Gaza después de que Israel suspendiera el suministro de ayuda el 2 de marzo de 2025
Israel ordenó recientemente, la suspensión total de toda la ayuda que llega a la Franja de Gaza. Como era de esperar, las Naciones Unidas y las organizaciones humanitarias, lo han acusado de violar el derecho internacional. De hecho, Kenneth Roth, exdirector de Human Rights Watch, afirmó: «La última amenaza de Israel de cortar toda la ayuda, es una reanudación de la estrategia de hambre, que constituye un crimen de guerra». Falso.
Según el derecho internacional, Israel no está obligado ni moralmente a proporcionar sustento a Gaza. El gobierno israelí suspendió la ayuda para persuadir a Hamás de que liberara a sus rehenes, a quienes ha estado torturando y sometiendo a la inanición durante 17 meses, en flagrante violación del derecho internacional humanitario. Es más, es Hamás quien está matando de hambre a los gazatíes.
Según el derecho internacional, la responsabilidad de Hamás, como gobernante de Gaza, es proporcionar sustento a su pueblo. En cambio, Hamás se apropia de la ayuda humanitaria y la utiliza para alimentar a sus combatientes y mantenerse a través del mercado negro, en lugar de alimentar a su población. Sin embargo, Israel, hasta ahora, ha facilitado la entrega de abundante ayuda al enclave costero, suficiente para alimentar a los gazatíes hasta seis meses más, según evaluaciones israelíes.
Además de suspender la ayuda, Israel ha aumentado la presión al cortar el suministro eléctrico de Gaza para ejercer la máxima presión sobre Hamás. Si Hamás se niega a liberar a los rehenes, el gobierno israelí está considerando la posibilidad de trasladar a los civiles gazatíes de la zona norte del enclave. Como último recurso, Israel volverá al conflicto armado.
El objetivo inmediato de Israel es impedir que el grupo terrorista respaldado por Irán, siga utilizando la ayuda humanitaria para su sustento, garantizando al mismo tiempo que los civiles de Gaza sigan teniendo acceso a ella, en pleno cumplimiento del derecho internacional. El objetivo estratégico de Israel es erradicar a Hamás eliminando a un número considerable de sus operativos, destruyendo sus armas y derrocándolo del poder en el enclave costero.
Solo Hamás tiene el poder de restablecer la ayuda y el suministro eléctrico a la Franja de Gaza, acordando extender la Fase Uno del alto el fuego actual, según la propuesta estadounidense, que exige la liberación de más rehenes, preferiblemente de todos los restantes, y obligar al grupo terrorista a rendirse, poniendo así fin a la guerra y al sufrimiento de los gazatíes.
Las ONG y las Naciones Unidas acusan falsamente a Israel de violar el derecho internacional al utilizar la hambruna contra Hamás y los gazatíes. Tom Fletcher, subsecretario general de la ONU para Asuntos Humanitarios, escribió en X: «El derecho internacional humanitario es claro: debemos tener acceso para entregar ayuda vital». De igual manera, la organización humanitaria Oxfam afirmó que suspender la ayuda a Gaza estaba “explícitamente prohibido por el derecho internacional humanitario”.
Cabe destacar que ambas ONG ignoran la incapacidad de Hamás para alimentar a su población y liberar a los rehenes civiles, dos violaciones del derecho internacional.
El propio Hamás tuvo la desfachatez [extrema confianza en sí mismo o audacia] de acusar al Estado judío de violar el derecho internacional, afirmando que “la decisión de suspender la ayuda humanitaria es un chantaje barato, un crimen de guerra y un flagrante golpe de Estado contra el acuerdo (de alto al fuego)”.
No es ilegal que Israel suspenda la ayuda. Según el derecho internacional humanitario, Hamás tiene la responsabilidad de sustentar a su población, y es responsabilidad de Israel permitir el flujo de la ayuda humanitaria a menos que el defensor la robe. El robo de la ayuda por parte de Hamás obliga a Israel a suspender las entregas.
Si bien Israel no es responsable del sustento de Gaza, ha proporcionado abundante ayuda. Desde el inicio de la guerra hasta el 17 de enero de 2025, Israel facilitó la entrada de más de 1.3 millones de toneladas de ayuda a Gaza. Desde que comenzó el alto el fuego el 19 de enero, más de 25,000 camiones de ayuda con alimentos, agua y medicamentos han entrado en la Franja, además de más de medio millón de tiendas de campaña y 2,100 camiones cisterna de combustible. Abundan en internet imágenes y vídeos de mercados de Gaza repletos de alimentos. Mientras tanto, CNN informó que terroristas de Hamás se reían de los rehenes hambrientos mientras sus captores comían comida completa delante de ellos.
La ayuda es la sangre vital de Hamás. Hamás roba la ayuda, la consume y la utiliza, y luego vende el resto a comerciantes en el mercado negro, quienes a su vez, la venden a los gazatíes comunes a precios exorbitantes. Si los gazatíes pasan hambre, es Hamás quien los priva de alimentos, no Israel.
Según estimaciones de las fuerzas de seguridad israelíes, cerca de mil millones de dólares han llegado a Hamás desde octubre de 2023, tanto directa como indirectamente. Este dinero le permite seguir pagando a sus operativos y reclutar nuevos para reemplazar a los fallecidos. Las autoridades israelíes estiman que Hamás ha acumulado suministros suficientes para cuatro a seis meses.
Irónicamente, es Hamás quien instigó la guerra y la responsabilidad de Hamás (el “defensor”) de proveer para su pueblo. Hamás está robando ilegalmente ayuda humanitaria, lo que le da a Israel el derecho a detenerla. Irónicamente, es Israel quien recibe presiones para permitir la entrada de la ayuda (lo que, sobre todo, beneficia a Hamás) y para que cese el fuego. Irónicamente, ningún gobierno, ONG, medio de comunicación ni agencia de la ONU exige la rendición de Hamás. ¿Por qué?
El plan de Israel: Presionar a Hamás para que libere a los rehenes restantes y abandone la “resistencia”. Israel suspendió la ayuda y cortó el suministro eléctrico para presionar a Hamás a liberar a más rehenes, según una propuesta negociada por Estados Unidos. Con esta prórroga del alto al fuego, Hamás liberaría a la mitad de los rehenes restantes y a la otra mitad una vez que se acuerde un alto al fuego permanente. Podrían surgir presiones adicionales, como el corte del suministro de agua a Gaza. Hasta el momento, Hamás se ha negado a aceptar la prórroga del alto al fuego mediada por Estados Unidos.
Si se reanuda el conflicto armado, las Fuerzas de Defensa de Israel planean aniquilar a Hamás mediante una fuerza abrumadora con más de 50,000 soldados. Simultáneamente, las Fuerzas de Defensa de Israel cumplirán con sus obligaciones legales internacionales reubicando a la población civil en zonas humanitarias, como lo han hecho durante la guerra, y se encargarán de proteger la entrega de ayuda.
El profesor Kobi Michael, del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional, afirmó que fuera de las zonas humanitarias, no entrará ayuda externa en Gaza. “Esto evitará que Hamás siga robando toda la ayuda humanitaria y aumentará la presión sobre el grupo a través de la población local”, declaró.
Hamás tiene la capacidad de restablecer la ayuda y el suministro eléctrico mediante la liberación de rehenes y la rendición. Si se niega, Israel procederá casi con seguridad a un duro ataque terrestre a gran escala contra Gaza, obligando al grupo terrorista a izar la bandera blanca o sufrir un final innoble.
Quienes sinceramente se preocupan por los rehenes y el pueblo de Gaza exigirán la rendición de Hamás, al tiempo que alientan y apoyan a Israel hasta que lo haga.
Publicado en marzo 12, 2025
Fotografía por: Abed Rahim Khatib/Flash90/jns.org
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