Rehenes de Sion

Túnel de Hamás (Crédito de la foto: Unidad del Portavoz de las FDI/Wikimedia.org)

Por Zoë McHenry

Muchos medios de comunicación han intentado retratar la experiencia de los rehenes en Gaza, pero nada capta la realidad como sus propias voces. Sus testimonios, repletos de detalles estremecedores, desbaratan cualquier ilusión sobre la supuesta generosidad o las intenciones pacíficas de Hamás.

Las citas que siguen ofrecen una visión de sus historias, su dolor y su fortaleza. También resaltan su dolor por sus hermanos y hermanas que aún se encuentran retenidos por Hamás en Gaza.

Al leer estas palabras, por favor, oren fervientemente por la sanidad de los corazones de estos antiguos rehenes, y por quienes permanecen en Gaza.

“…Porque me ha ungido el Señor para traer buenas nuevas a los afligidos. Me ha enviado para vendar a los quebrantados de corazón, para proclamar libertad a los cautivos y liberación a los prisioneros; para proclamar el año favorable del Señor, y el día de venganza de nuestro Dios; para consolar a todos los que lloran, para conceder que a los que lloran en Sión se les dé diadema en vez de ceniza,
aceite de alegría en vez de luto, manto de alabanza en vez de espíritu abatido...“ (Isaías 61:1b, 2b–3a NBLA)

“Nos llevaron a un túnel, sintiéndonos en peligro, amenazados de muerte por los terroristas armados que nos rodeaban. Presencié la tortura de una joven. Vi la agresión sexual de rehenes. Los terroristas eran muy crueles y violentos. Me golpeaban y me dejaban morir de hambre; a menudo comían delante de mí y no me ofrecían comida”.

—Keith Siegel, de 65 años, fue secuestrado junto con su esposa, Aviva. Keith fue liberado después de 484 días.

“Cuando llegamos a Gaza vimos a muchas familias saliendo de sus casas, aplaudiendo, gritando y disparando al aire. Keith y yo solo queríamos llorar y gritar... Nos trasladaron 13 veces a sitios diferentes… Lo que me ayudó a sobrevivir en Gaza, fue que solía decirme: `Vas a pasar por cosas peores´. Y así sucedió.”

—Aviva Siegel, de 63 años, fue secuestrada junto con su esposo, Keith, y liberada después de 52 días.

“En los túneles el olor era a basura. Había mucha humedad; moho; piojos y chinches. Uno se rascaba las manos y la cabeza todo el día. Era difícil dormir por ese hedor… A ellos [los terroristas] les gustaba asustarnos, decir cosas sobre Israel; que Hamás se había apropiado de todo el territorio y que nadie nos quería. Pero cuando vieron que somos una nación fuerte, quisieron vinier a decir lo mismo, pero ya no funcionó, simplemente se quedan de brazos cruzados. Y me di cuenta de lo fuerte que se puede ser cuando se está unido”.

—Sapir Cohen, de 29 años, fue secuestrado del kibutz Nir Oz y retenido como rehén durante 55 días.

“Entramos en un túnel. A un lado había una habitación muy pequeña con una doctora. Cuando me vio, dijo: `No voy a atender a ese judío´. La comida era como en el Holocausto. Me dieron un trocito de pita. Estaba tan seco que tuve que mojarlo en el té para tragarlo”.

—Ophelia Roitman, 77 años, secuestrada del kibutz Nir Oz y liberada después de 52 días.

“Sabía que el video [de Hamás] se había publicado, y en él se pueden ver mis manos y dedos tatuados. La ventana [donde estuve retenida], el baño, tenía persianas, así que cada vez que iba allí, extendía la mano, esperando que [las Fuerzas de Defensa de Israel] me vieran y me reconocieran... Todavía no he aceptado volver a casa. No puedo porque hay otros ahí fuera, y sé por lo que están pasando. Pienso en ello. Todos los días”.

—Mia Schem, de 21 años, con doble nacionalidad israelí-francesa, fue secuestrada en el festival de música Supernova y liberada tras 55 días.

“Todos fueron asesinados a sangre fría con las manos desnudas. [Hamás] solía decirme: ‘Oh, no importa. Conseguirás una nueva esposa. Tendrás nuevos hijos. Mejor esposa. Mejores hijos’”.

—Yarden Bibas, de 34 años, cuya esposa Shiri y sus hijos pelirrojos, Kfir (10 meses) y Ariel (4), fueron asesinados en cautiverio.

“El 8 de febrero de 2025 me liberaron. Regresé pesando 44 kilogramos; menos que el peso corporal de mi hija menor, Yahel. Era solo una sombra de mí. Todavía lo soy. ¿Dónde estaban las Naciones Unidas? ¿Dónde estaba la Cruz Roja? ¿Dónde estaba el mundo?”

—Eli Sharabi, de 53 años, fue secuestrado del kibutz Beeri junto con su hermano Yossi. Trágicamente, los terroristas de Hamás asesinaron a la esposa de Eli y a sus hijas pequeñas. Eli soportó 491 días en cautiverio.

“El secuestro es nuestro punto débil, porque nosotros, la nación judía; santificamos la vida. Santificamos la vida tanto como a nuestros muertos.”

—Danielle Aloni fue secuestrada del kibutz Nir Oz junto con su hija de 6 años, Emilia, y estuvo retenida durante 49 días.

“La verdad es que el 7 de octubre se siente como una larga pesadilla, y he estado esperando que alguien me despertara, que alguien me dijera que estaba soñando. Pero no ha sucedido. Desafortunadamente, todo esto ha sido real”.

—Liri Albag, de 20 años, soldado de vigilancia de las FDI, estuvo secuestrada durante 477 días.

“Estoy aquí para dar testimonio de primera mano: mis amigos que permanecen en cautiverio, están sufriendo un tormento inimaginable. Es imposible imaginar el horror de su realidad diaria… Nadie puede comprenderlo realmente, ni siquiera en 90 horas, y mis amigos siguen en el infierno después de más de 510 días”.

—Doron Steinbrecher, de 32 años, fue secuestrado en Kfar Aza, durante 471 días.

“¿Estamos, como sociedad y como mundo, haciendo todo lo posible por ellos [los rehenes]? Puedo testificar que allí es un infierno”.

—Chen Almog Goldstein, de 49 años, presenció el asesinato de su hija Yam, y de su esposo Nadav, por parte de Hamás, el 7 de octubre, antes de que ella y sus hijos sobrevivientes fueran secuestrados a Gaza y retenidos durante 51 días.

“Vivo preguntándome ¿por qué yo fui liberada y no ellos? No tengo respuesta. Pero si soy libre, es señal de que Dios quiso que alzara la voz para ayudar a los vivos a obtener su libertad; y devolver a los muertos a un entierro digno... Mi alma sigue ahí. Haré todo lo posible por liberarlos; hasta entonces, no podré empezar a sanar. Esa es mi verdad”.

—Lana Gritzewsky, de 31 años, fue secuestrada del kibutz Nir Oz junto con su pareja, Matan Zanguaker (aún retenido por Hamás), y liberada después de 55 días.

Traducido por Chuy González – Voluntario en Puentes para la Paz

Recursos relacionados

US Sanctions Four Judges at International Criminal Court

Friday, June 6, 2025

IMoD: Major Milestone Achieved in the Arrow 3 Missile Defense System Deal with Germany

US House Speaker; Boulder Attack about 'Total Extermination' of Jews

Hezbollah Attempts to Reestablish Presence in Southern Lebanon

Descubre tu propósito y el corazón de Dios para ti

En el mundo actual, dividido y turbulento, es esencial que la Iglesia redescubra el corazón de Dios. Nuestro libro electrónico gratuito, escrito por una experta con tres décadas de experiencia en Israel, profundiza en las enseñanzas de Jesús (Yeshúa) para revelar los principios del amor y propósito de Dios. Aprender cómo abrazar estas verdades impactará significativamente tu vida, incluso en medio del caos. Suscríbete para recibir este libro electrónico gratis y comienza a experimentar una transformación al leerlo.