La resiliencia y el resurgimiento del pueblo judío

En la sección “Blogs” del 24 de septiembre del periódico The Times of Israel, Perri Schwartz, describió de forma muy acertada la identidad judía mundial como si se encontrase “en medio de una encrucijada”. Dos años después de la masacre del 7 de octubre y el consiguiente aumento mundial del antisemitismo, los judíos caminan intentando mantener el equilibrio entre el miedo y el orgullo de ser judíos.
Schwartz escribe: “Las encuestas realizadas desde la guerra muestran que más de la mitad de los judíos estadounidenses se sienten menos seguros al expresar su identidad en público. En Europa, las sinagogas ahora requieren mayor protección policial y las escuelas judías han reforzado la seguridad”.
Sin embargo, esta es solo una cara de la moneda. Schwartz describe la otra como una cuestión “profundamente personal”, que implica decisiones que no suelen reflejarse en las encuestas. ¿Debería yo, como estudiante judío, expresar mi opinión en el campus? ¿Debería llevar la Estrella de David de forma visible o mantenerla oculta? ¿Deberíamos ir hoy a la sinagoga o sería mejor quedarnos en casa? ¿Me pongo la kipá o la guardo en el bolsillo? Estos son lo que Schwartz denomina como “dilemas del día a día”: el orgullo de ser judío frente al temor por serlo.
Firmes bajo fuego
Cada actuación del aislado estado judío parece servir de pretexto para expresar la hostilidad política hacia los judíos por parte de otras naciones. Tanto Estados Unidos como Europa son escenario en la actualidad de un aumento simultáneo de progresismo ignorante de extrema izquierda, junto con un oscuro nacionalismo de extrema derecha, siendo ambas ideologías las responsables del tsunami antisemita que está sacudiendo al mundo judío en estos momentos.
Los campus universitarios de todo el mundo se han convertido en campos de minas ideológicos para los judíos. Algunos ocultan su identidad, intentando concentrarse simplemente en sus estudios. Sin embargo, algunos grupos universitarios como Jabad e Hillel informan de un compromiso cada vez mayor y de un aumento significativo de quienes están dispuestos a alzar la voz. Desde encender las velas del Shabat hasta desafiar abiertamente las manifestaciones en contra de Israel, son muchos los jóvenes judíos que demuestran que no se acobardarán, sino que se unirán en comunidad para resistir las olas de anti sionismo y antisemitismo que los azotan.

Sin embargo, es cierto que más allá de los límites del campus, en un escenario social más amplio, muchos judíos prefieren mantenerse al margen con la esperanza de capear el temporal y ocuparse de asuntos más importantes. Aun así, hay un número igualmente significativo de personas que hablan a través de sus acciones diciendo: “Ya basta. No importa lo que hagamos ni lo que haga Israel para intentar refutar las acusaciones que nos lanzan. Así que ha llegado el momento de ser quienes somos y de que no nos avergoncemos de defender nuestros valores judíos y la legitimidad de nuestro único Estado”.
Resiliencia en línea
Con internet potenciando la libertad de expresión, las redes sociales son un buen indicador de la creciente resiliencia de la voz judía internacional. Tomemos el humor como ejemplo. ¡Disfrutamos de más comediantes judíos que nunca! Se divierten con las peculiaridades de la identidad judía, utilizando una sátira mordaz para exponer la ignorancia y la falta de lógica de los antisemitas. El estudio de la Torá (Gn-Dt) y las lecciones de historia judía en línea también proliferan. Cada vez más jóvenes judíos encuentran argumentos para refutar las filosofías vacías que han dado origen a los argumentos absurdos de sus oponentes, tanto contra ellos como contra su tierra natal.
Schwartz describe esta apremiante crisis social “no como un final, sino como otro punto de inflexión. La vida judía siempre se ha forjado en la tensión: entre la supervivencia y el florecimiento, el exilio y el regreso al hogar, la continuidad y la reinvención”.
En resumen, Schwartz argumenta que la encrucijada judía actual plantea a esta generación una decisión que definirá sus vidas: retirarse a un lugar seguro —si es que pueden encontrarlo— o impulsar la identidad judía mediante lo que ella llama “alegría, aprendizaje, cultura y pacto”.
Resiliencia sionista
Un componente clave de la creciente resiliencia judía es la visión sionista de recuperar la Tierra de Israel. Sin embargo, tras la Guerra de los Seis Días de 1967 —en medio de los esfuerzos por apaciguar al mundo árabe— los líderes israelíes impidieron que el corazón bíblico del país se integrara plenamente en el Estado. En cambio, intentaron negociar la tierra mediante un acuerdo de “tierra por paz” con las naciones árabes. La Liga Árabe respondió con un rotundo “No”, en un intento de dejar el problema palestino exclusivamente en manos de los judíos, ¡Y qué problema ha resultado ser!
En estos momentos, mientras la guerra del 7 de octubre continúa, los israelíes están adoptando una postura similar a la de los judíos en el extranjero: “Ya hemos tenido suficiente. No importa cuánto cedamos en favor de un estado palestino ni cuánto imploremos a las naciones que apoyen nuestras legítimas necesidades de seguridad, siguen culpándonos del problema palestino. Por lo tanto, es hora de que el estado judío sea más judío, extendiendo nuestra soberanía sobre nuestro territorio ancestral y rechazando, de una vez por todas, la fallida idea de una nación yihadista en nuestra patria ancestral”.

El mundo pudo escuchar el contundente mensaje de resiliencia del pueblo judío en las palabras del primer ministro Benjamín Netanyahu cuando arremetió contra la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre: “Israel no permitirá que un estado terrorista nos agarre por el cuello/ nos impongan un estado terrorista. No cometeremos un suicidio nacional porque ustedes no tienen el valor de enfrentarse a una prensa hostil y a turbas antisemitas que exigen la sangre de Israel. Esto es una completa locura. Es una insensatez, y no lo permitiremos”.
De la resiliencia al resurgimiento
Habrá un precio que pagar —diplomáticamente y probablemente también militarmente— pero la resiliencia israelí, que refleja la fuerza del pueblo judío en todo el mundo, puede ser determinante, permitiendo que Israel pase de ser una víctima regional o un mero superviviente a vencedor regional y líder del Medio Oriente, convirtiéndose en un faro de esperanza para todas las naciones.
En una audiencia de la Knéset (Parlamento) de 2025 sobre el antisemitismo en línea, el educador e influencer de redes sociales Jamie Geller compartió una reflexión crucial sobre la resiliencia judía: “Si bien es fundamental luchar contra el antisemitismo, si nos olvidamos de en enseñar a los judíos por qué son judíos, no sabrán por qué luchan”.
Haciéndose eco de las palabras de Geller, el director ejecutivo de Aish.com, el rabino Steven Burg, añadió: “No podemos permitir que esta postura defensiva se convierta en nuestra prioridad. El futuro judío exige más que mera supervivencia; requiere un resurgimiento. Necesitamos asumir la responsabilidad, la sabiduría y el amor. De ese modo, podremos garantizar que las futuras generaciones no solo sepan contra qué luchan, sino también por qué viven”.
Traducido por Robin Orack – Voluntaria en Puentes para la Paz
Revisado por Ara Sainz – Voluntaria en Puentes para la Paz
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