La arquitectura como diplomacia: Cuando el “saber hacer” israelí ayudó a construir Irán

Hoy en día, la cooperación diplomática o estratégica entre Israel e Irán parece casi impensable; especialmente tras la “Operación Se Levanta el León” y los sucesos del 7 de octubre de 2023. Sin embargo, durante dos décadas, entre los años 60 y 70, arquitectos, ingenieros y constructoras israelíes, desempeñaron un papel clave en la configuración del entorno construido de Irán. Ayudaron a diseñar y construir barrios, fábricas, hoteles, torres de lujo e incluso grandes proyectos de infraestructura; incluido el sistema de alcantarillado urbano de Teherán, que ahora vuelve a ser noticia.
“En nuestra época, la hostilidad entre el Estado de Israel y la República Islámica de Irán parece fija e inmutable”, abre el catálogo de la exposición de 2017, de la Galería de la Casa de Arquitectos Israelíes. Sin embargo, durante las décadas de 1960 y 1970, ambas naciones mantuvieron vínculos diplomáticos y comerciales, aunque no siempre oficiales ni públicos.

La exposición, titulada "Construyendo un Nuevo Oriente Medio: Arquitectos israelíes en Irán bajo el Sha", examinó este improbable capítulo de la cooperación regional. Desde la Revolución Islámica de Irán de 1979, las relaciones se han tornado hostiles, pero muchos de los edificios e infraestructuras desarrollados por israelíes siguen en pie.
La visión del Nuevo Oriente Medio, famosa, esbozada por Shimon Peres en la década de 1990, de hecho, tuvo un precursor décadas antes, de una forma muy diferente. “La relación con Irán fue importante para Israel, que creía que podía ayudar a forjar un nuevo equilibrio regional mediante la cooperación con estados no árabes: Irán, Turquía e Israel”, afirmó la Dra. Neta Feniger, quien estudió el tema para su investigación doctoral. Aunque Israel no fuera directamente responsable de las relaciones diplomáticas, contribuyó a mantenerlas y fortalecerlas; no solo como socio en la modernización, sino también, porque Irán era prácticamente el único proveedor de petróleo de Israel en aquel momento.
Arquitectura como Diplomacia
En la década de 1950, Irán reconoció formalmente al Estado de Israel; que a su vez ayudó a Teherán con proyectos de seguridad y desarrollo tecnológico. Los vínculos profesionales forjados en estas áreas, allanaron el camino para iniciativas de construcción y diseño lideradas por Israel, en Irán.
“En efecto, Israel fortaleció las relaciones bilaterales mediante la exportación de conocimientos arquitectónicos y de ingeniería”, explica el Dr. Feniger. Este esfuerzo tuvo como objetivo generar confianza entre los países, contribuyendo al desarrollo físico y de infraestructura de Irán, aprovechando la rápida experiencia de Israel en la construcción masiva de viviendas, tras su independencia.
Los arquitectos israelíes trabajaron junto a sus homólogos iraníes, no para imponer valores ideológicos ni por falta de experiencia iraní, sino principalmente por razones económicas. “Fueron a ganar dinero, no a hacer arquitectura”, enfatiza el Dr. Feniger, señalando que la participación israelí en Irán se originó principalmente, en intereses comerciales y oportunidades de mercado.
El primer proyecto arquitectónico israelí en Irán comenzó en 1962, por iniciativa del Sha Mohammad Reza Pahlavi, quien gobernó de 1941 a 1979. El Sha, buscando modernizar el paisaje rural iraní, puso en marcha varias iniciativas de desarrollo, aunque un gran terremoto ese mismo año retrasó el proyecto inicial. Fue la oferta de asistencia humanitaria de Israel tras el desastre, lo que consolidó la cooperación entre los países. “Es difícil imaginarlo hoy, pero bajo el antiguo régimen iraní, no había oposición a los israelíes; sabían cómo forjar conexiones y aprovechar las oportunidades de colaboración”, añade Feniger.
A lo largo de la década de 1960, empresas israelíes como Solel Boneh y otras, emprendieron extensos proyectos de infraestructura en Irán, incluyendo sistemas de alcantarillado, redes de plomería y construcción de puentes; todos con la participación de ingenieros israelíes. Los planos y documentos de archivo de estos proyectos —si sobrevivieron a la Revolución Islámica de 1979— se encuentran ahora en Israel, no en Irán.
Según Yedioth Ahronoth, publicación hermana de Ynet, a principios de la década de 2000, funcionarios iraníes se pusieron en contacto discretamente con un tercero, para solicitar los planos originales del sistema de alcantarillado de Teherán, diseñado por la empresa israelí Tahal; con el fin de solucionar las persistentes averías. Rumores no confirmados, pero no refutados tampoco; sugieren que recibieron los archivos. Hoy sin embargo, las imágenes de aguas residuales sin tratar fluyendo por las calles de Teherán, plantean interrogantes, posiblemente apuntando a un mantenimiento descuidado o incluso a un sabotaje.
El arquitecto israelí Dan Eytan diseñó viviendas para soldados iraníes.
En 1972, el régimen iraní lanzó un proyecto para transformar dos pueblos pesqueros del Golfo Pérsico en bases militares, según el Dr. Feniger. Como parte de la iniciativa, se necesitaron barrios residenciales, para alojar al personal de la marina iraní y a sus familias, en las ciudades suroccidentales de Bushehr y Bandar Abbas, ubicadas estratégicamente a lo largo del estrecho de Ormuz; que ahora aparecen frecuentemente en los titulares por razones completamente diferentes.
A partir de la cooperación previa entre Israel e Irán, las autoridades iraníes invitaron al reconocido arquitecto israelí Dan Eytan (1931-2023) a diseñar las viviendas militares. Eytan, cuyos créditos incluyen el Museo de Arte de Tel Aviv y el Edificio México de la Universidad de Tel Aviv, trabajó con ingenieros de la firma israelí Engineering Services y la constructora Rassco, fundada por la Agencia Judía y que ayudó a construir numerosas ciudades en todo Israel, como Kfar Shmaryahu, Batzra, Bnei Zion y urbanizaciones en Tel Aviv, Haifa y Holon. El proyecto consistió en dos grandes barrios residenciales, originalmente planificados para unas 1,200 viviendas. Para cuando la planificación estaba en marcha, la escala se había multiplicado por diez, alcanzando un presupuesto de 1,250 millones de dólares; según Eytan en aquel momento. Los barrios reflejaban los principios de diseño modernistas: ejes de tráfico ortogonales; torres residenciales de 16 plantas; bloques de cuatro plantas con patios interiores y viviendas unifamiliares; todo con un diseño minimalista y funcional. El tamaño de las unidades oscilaba entre 128 y 240 metros cuadrados.
La Dra. Feniger señala, que Eytan se dedicó profundamente a comprender la cultura iraní, no a través de motivos decorativos sino a través de opciones funcionales que se ajustaran a los estilos de vida locales. El proyecto también hizo hincapié en la adaptación al clima y al riesgo sísmico.
Eytan, en una entrevista para el catálogo de una exposición, afirmó que las consideraciones climáticas fueron fundamentales en el proceso de diseño. Pasarelas cubiertas conectaban residencias y zonas comerciales; se aislaron las paredes y se utilizaron ventanas empotradas para reducir la exposición solar directa, lo que mejoró la resiliencia y el confort del proyecto.
Aire acondicionado, riego por goteo y cocinas israelíes en Teherán
Desde una perspectiva occidental, el embargo petrolero de finales de la década de 1970 desencadenó una recesión económica, pero en Irán impulsó un rápido crecimiento económico y la urbanización; especialmente en Teherán. Durante ese tiempo, el gobierno iraní abrió sus puertas a arquitectos de todo el mundo, incluidos israelíes; para ayudar a planificar sus ciudades en expansión.
Para los arquitectos y constructores israelíes esta fue una oportunidad de oro, durante la recesión en su país. Quienes se trasladaron a Teherán para trabajar con empresas constructoras israelíes, disfrutaron de un alto nivel de vida y tuvieron acceso a un sector de la construcción próspero, con escalas y recursos nunca antes vistos en Israel.
Entre los principales desarrollos de esa época se encontraban los lujosos rascacielos, de unas 30 plantas, construidos en el centro de Teherán por dos arquitectos con sede en Haifa, que trabajaban para la firma israelí Solel Boneh. Se construyeron pisos residenciales sobre cinco niveles de podio comercial, que albergaban centros comerciales y locales comerciales.
En aquel entonces, estas alturas y métodos de construcción no tenían precedentes en Israel. Dado que el acero era fácil de conseguir en Irán, pero desconocido para los constructores israelíes; quienes diseñaron las estructuras de hormigón; lo que requería cimentaciones masivas, innecesarias desde el punto de vista económico y estructural; pero técnicamente más seguras desde su perspectiva.
A diferencia de la filosofía israelí de la década de 1970, de viviendas rentables y eficientes en el uso de recursos; el enfoque iraní buscaba comercializar y vender apartamentos de alta gama. Como resultado, además de arquitectos y equipos de construcción; los proyectos también incluyeron unidades de aire acondicionado de la empresa israelí Tadiran; instalaciones de cocina de Regba; y sistemas de riego suministrados por Netafim.
Ideas inmobiliarias neoliberales provenientes de Irán
Tras la Revolución Islámica de 1979, los israelíes; considerados aliados de Occidente y del régimen del Sha; se vieron obligados a irse. Muchos de los proyectos urbanísticos planificados se estancaron, requirieron nuevos arquitectos o fueron descartados por completo.
Entre las propuestas no realizadas se encontraban un proyecto de Arieh Sharon (1900-1984), conocido como el "arquitecto de Israel”; una torre diseñada por Ram Karmi (1931-2013), quien posteriormente trabajó en la renovación de la Estación Central de Autobuses de Tel Aviv y el Teatro Habima; y un barrio residencial de Zalman Enav, conocido por su trabajo en el Shenkar College y la Universidad Bar-Ilan.
Si bien la revolución comenzó como un levantamiento popular contra la represión del Sha a la clase media iraní, a principios de 1979; con el regreso del ayatolá Ruhollah Jomeini, se convirtió en una revolución religiosa. Los israelíes ya no eran bienvenidos en lo que se había convertido en: la “República Islámica”. Los dos países, antaño socios; se convirtieron en adversarios declarados, ahora en guerra.
Los profesionales israelíes que regresaron a casa trajeron consigo, nuevas experiencias y prácticas empresariales, alineadas con el ethos emergente del neoliberalismo; conceptos que hasta el día de hoy, configuran como aspectos del mercado inmobiliario israelí.
“A pesar de la percepción de Irán como un país en desarrollo, los proyectos en los que trabajaron los arquitectos israelíes fueron únicos y de gran escala”, afirma el arquitecto Eran Tamir-Tawil, cocurador de una exposición de 2017, sobre la presencia arquitectónica israelí en Irán. “La exposición buscaba cuestionar el significado cultural de esta cooperación; especialmente la interacción entre la arquitectura local de aquí y de allá”.
En retrospectiva, Tamir-Tawil concluye: “No hubo un diálogo cultural profundo, pero trabajar en Irán brindó a los arquitectos israelíes la oportunidad de experimentar, una escala de construcción inédita en Israel en aquel entonces; una experiencia que posteriormente impulsó un gran avance en su país”.
Un artículo por Talia Levy Rozenboim, originalmente publicado por Ynetnews, el 6 de julio de 2025. (El vocabulario respecto al tiempo ha sido modificado para reflejarse en nuestra publicación del día de hoy). Puedes ver el artículo original en este enlace.
Recursos relacionados

Descubre tu propósito y el corazón de Dios para ti
En el mundo actual, dividido y turbulento, es esencial que la Iglesia redescubra el corazón de Dios. Nuestro libro electrónico gratuito, escrito por una experta con tres décadas de experiencia en Israel, profundiza en las enseñanzas de Jesús (Yeshúa) para revelar los principios del amor y propósito de Dios. Aprender cómo abrazar estas verdades impactará significativamente tu vida, incluso en medio del caos. Suscríbete para recibir este libro electrónico gratis (si al suscribirte, no recibes tu copia, escríbenos a intl.spanish@bridgesforpeace.com)