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Conozca al sobreviviente del Holocausto que también sobrevivió el 7 de octubre

El muro de coches se construyó con una pila de coches quemados al oeste del moshav Tkuma y se creó a partir de la retirada de los coches quemados de la Ruta 232 y otros lugares de la Franja de Gaza tras el ataque terrorista de Hamás el 7 de octubre de 2023. (Crédito: zeev stein Pikiwiki Israel)

Durante el último año y medio, el nombre de la ciudad israelí de Tkuma, ha estado estrechamente ligado a la inquietante imagen de vehículos calcinados, apilados en su extremo occidental —restos de la masacre del 7 de octubre—. Los coches calcinados, reunidos en un monumento improvisado en los campos, se han convertido en un lugar de peregrinación para los visitantes de la región.

Ubicada a solo 7 kilómetros (4.3 mi) de la frontera con Gaza, Tkuma se salvó ese día, gracias a un pequeño grupo de miembros del escuadrón de alerta local. Aunque los terroristas de Hamás pasaron por la puerta de la aldea, no entraron.

Tkuma se fundó la noche del 5 al 6 de octubre de 1946, junto con otras 10 comunidades establecidas inmediatamente después de Yom Kipur (Día de la Expiación). Eso fue 77 años (menos un día), antes del sábado más oscuro que la región haya conocido.

Sus primeros residentes fueron en su mayoría sobrevivientes del Holocausto de Europa del Este, lo que se refleja en el nombre de la aldea, que significa "renacimiento". El año pasado, falleció Shoshana Neumann, una de las fundadoras de Tkuma. Con su muerte, Yehuda Hauptman, de 87 años, se convirtió en el último sobreviviente del Holocausto que vivía en la aldea —su vida fue un símbolo de la renovación del pueblo judío tras el Holocausto—.

“Cuestión de destino”

La mañana del 7 de octubre, Hauptman se vistió con su ropa de Shabat —traje y sombrero— y se dirigió a la sinagoga para las oraciones matutinas. En el camino, un vecino, Shlomo, lo detuvo y le dijo que regresara a casa, debido a la situación.

“Era Simjat Torá [el regocijo en la Torá]. Mi hija y mis nietas estaban con nosotros. Planeábamos celebrar”, recordó. “No sentí nada inusual al salir. Soy duro de oído, así que de todas formas no habría notado el ruido. Era simplemente el destino —el destino de Tkuma—”, dijo.

El miércoles, Hauptman recitaría la oración conmemorativa El Maleh Rachamim ["Dios lleno de Misericordia"] en la ceremonia oficial de estado en Yad Vashem.

Nacido en 1938 en Checoslovaquia, la familia de Hauptman huyó a Budapest en 1941 para escapar de la colaboración entre el régimen fascista eslovaco y la Alemania nazi.

“Pienso en los hermanos de mi padre. Los que se quedaron en Checoslovaquia no sobrevivieron”, dijo. “Nos mudamos a Hungría y nos salvamos. Esa generación había vivido la Primera Guerra Mundial. Creían que si mantenían un perfil bajo, los problemas pasarían. Esperaban lo mismo en la Segunda Guerra Mundial”.

En 1944, cuando los nazis ocuparon Hungría, Hauptman fue obligado a llevar una insignia de estrella amarilla y a vivir en un gueto. Su madre logró obtener la ciudadanía sueca, lo que permitió a la familia buscar refugio en una casa protegida. Sin embargo, su padre fue enviado a un campo de trabajo.

Escapó, se escondió en los bosques y regresó, solo para ser capturado de nuevo y devuelto. Los abuelos de Hauptman ayudaron a su madre a cuidar de él y de sus tres hermanos en el gueto. Debido al hambre, el joven Yehuda se escabullía para buscar restos de comida en los contenedores de basura y alimentar a la familia.

La campaña de exterminio nazi llegó a Hungría con una velocidad devastadora. Entre el 15 de mayo y el 9 de julio de 1944, aproximadamente 500,000 judíos húngaros fueron deportados a Auschwitz-Birkenau y asesinados. «Fue el destino», dijo Hauptman. «No nos subieron a esos trenes, sino a otros».

Aliá y 7 de octubre

Después de la guerra, Hauptman y su hermana se trasladaron a Viena, luego a Italia y finalmente hicieron alía [inmigración] a Israel en 1950. Su madre falleció en Budapest, pero su padre y otras dos hermanas se unieron a ellos en Israel. Yehuda fue asignado al kibutz Sha'alvim como parte del programa de Aliá Juvenil, donde trabajó en la agricultura y estudió. Posteriormente se alistó en la unidad militar Nahal y sirvió en las guerras de Israel.

Yehuda y su esposa, Yehudit, finalmente se establecieron en Tkuma, donde criaron a seis hijos y hoy tienen 23 nietos y 10 bisnietos. Él hizo realidad su sueño pionero, trabajando como agricultor y asumiendo funciones públicas en comunidades cercanas, contribuyendo a su desarrollo y bienestar.

El 7 de octubre, los Hauptman estaban en casa. El jefe de seguridad nos informó que la mayoría de las armas fueron retiradas del arsenal antes del ataque; solo quedaban dos. El kibutz Sa'ad informó a Tkuma y nos preparamos. Un policía usó su patrulla para bloquear la entrada del pueblo.

Los terroristas pasaron por la carretera y siguieron su camino, recordó. Hubo una discusión entre los residentes sobre si abrir fuego, pero el comandante dijo: "Déjenlos ir. No tenemos suficientes armas ni municiones para enfrentarlos".

Al igual que otros residentes, los Hauptman fueron evacuados durante cuatro meses. Durante ese tiempo, Yehuda anhelaba la tierra que amaba. La distancia solo profundizó su conexión con ella. Se aferró a la esperanza de regresar, reconstruir y seguir adelante.

Tkuma fue fundada por sobrevivientes del Holocausto y algunos israelíes nativos. Se apresuraron a colonizar la tierra antes del voto de partición de la ONU, para demostrar que había vida judía en el Néguev. “Esa fue la idea detrás de la fundación de los 11 puntos en el Néguev”, explicó.

Hauptman añadió que Tkuma pretendía ser un ejemplo para otras aldeas de la región. “Después de la Guerra de los Seis Días, comenzamos a cultivar de forma industrial. Queríamos ayudar a las nuevas aldeas de olim [inmigrantes judíos] a aprender qué se da bien aquí.

“Adelantamos el paso. Ese era nuestro mensaje: predicar con el ejemplo. Como secretario de aldea y coordinador agrícola, trabajé para desarrollar los asentamientos y apoyar a la gente. Muchos recién llegados no sabían cultivar. Nuestro mensaje era, que podían aprender de nosotros”.

“Demasiado pequeños para expresar opiniones políticas”

Hauptman rara vez comenta sobre temas de actualidad, pero dijo que hay un tema que le preocupa: la falta de reclutamiento militar entre los judíos ultraortodoxos, en particular entre aquellos que no estudian en yeshivá. “Me duele que los estudiantes de yeshivá no sean reclutados”, dijo.

“Recuerdo cuando los directores de yeshivá solían decir, que la Torá protege la tierra, pero también que quienes no estudian son como desangradores. Me molesta que los rabinos de hoy no digan lo mismo”, dijo.

“Soy demasiado pequeño para expresar opiniones políticas”, añadió. “Como dice el dicho: ‘Muchos son los pensamientos en el corazón del hombre, pero el consejo de Dios prevalecerá’. Cuando era secretario del Moshav Tifrach, se instaló una yeshivá de Kfar Maimon. Se radicalizaron y causaron problemas. Decidimos limitar su financiación”.

“Un día, el director de la yeshivá vino a mí con amenazas; dijo que me haría despedir y condenar al ostracismo. Le dije: ‘Solo soy un mensajero de Dios. Si Dios me envía a otro lugar, iré’. Así es como veo también a [Benjamín] Netanyahu. Es un mensajero. Puede que haya desacuerdos, pero él fue enviado para soportar esto”.

 

Traducido por Chuy González – Voluntario en Puentes para la Paz     

 

Fuente: Un artículo por Gilad Cohen, originalmente publicado por Ynetnews, el 22 de abril de 2025. (El vocabulario respecto al tiempo ha sido modificado para reflejarse en nuestra publicación del día de hoy). Puedes ver el artículo en este link.

Licencia de fotografía: Pikiwiki Israel

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