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'Ciudad Atómica’, ayuda de Pakistán y guerra contra Saddam: Cómo Irán trabajó para obtener armas nucleares

Antes de convertirse en una amenaza estratégica, y un foco de confrontación con Israel; el programa nuclear de Irán surgió de una alianza con Estados Unidos y otros países occidentales, bajo los auspicios del Sha; quien gobernó el país hasta la Revolución Islámica del Ayatolá Jomeini. En las décadas de 1960 y 1970, el Irán del Sha era considerado un aliado cercano de Occidente, y también de Israel. Recibió ayuda estadounidense y tecnología francesa y alemana para establecer reactores nucleares civiles, y también aspiraba a poseer armas nucleares. En 1975, el Sha firmó un acuerdo con filiales del conglomerado alemán Siemens, y para cuando Jomeini llegó al poder, ya había logrado avances considerables en este ámbito. La empresa Kraftwerk Union debía, según el contrato, construir en Bushehr dos reactores nucleares de 1,300 megavatios cada uno. Un año después de la firma del contrato, las obras de construcción de ambos reactores ya estaban en marcha. Las obras continuaron sin interrupción hasta la Revolución Islámica de 1979 y el estallido de la guerra entre Irán e Irak al año siguiente.

El ayatolá Jomeini, quien se convirtió en Líder Supremo tras la revolución, detestaba los grandiosos planes nucleares del Sha. «El átomo es obra del diablo», declaró justo antes de llegar al poder. El programa nuclear iraní, al igual que el resto de las ambiciones nucleares del Sha, fue detenido por orden de Jomeini. Francia y Alemania no presionaron a los iraníes para que continuaran con los proyectos, mientras que Estados Unidos si presionó a su gobierno, para que no cooperara con los fundamentalistas musulmanes que tomaron el poder en Irán.

Expuestos en Teherán, estos misiles iraníes, reflejan la amenaza sobre la que el primer ministro Netanyahu ha advertido durante más de 30 años: un Irán nuclear que pone en peligro la supervivencia de Israel. (Crédito de la foto: ZarlokX/Wikimedia.org)

Un artículo exhaustivo de Ron Ben-Yishai, publicado en noviembre de 1991 en Yedioth Ahronoth sobre la historia del programa nuclear iraní, informó que la situación cambió en 1985. En noviembre de ese año, la edición internacional del periódico iraní Kayhan publicó un anuncio, que invitaba a los científicos nucleares iraníes en el extranjero, a regresar a Irán para participar en una conferencia científica sobre asuntos nucleares. La conferencia debía celebrarse en Bushehr en marzo de 1986. Al parecer, incluso Irak se enteró del anuncio y el ejército de Saddam Hussein atacó varias veces dicho reactor de Bushehr, que en ese momento se encontraba en construcción. El experto invitado por el gobierno iraní para evaluar los daños del reactor, fue nada menos que el Dr. Abd al-Qadeer Khan, la máxima autoridad nuclear de Pakistán; conocido como el "padre de la bomba pakistaní". Khan, quien declaró que su país poseía una bomba nuclear, era considerado el hombre que permitió a Pakistán, entrar en el exclusivo club de las naciones con armas nucleares.

Al mismo tiempo, bajo la influencia del entonces presidente del parlamento iraní, Akbar Hashemi Rafsanjani, Jomeini abandonó su oposición sobre el "demonio atómico" para que este pudiera contrarrestar el poder militar no convencional de Irak; y la bomba recibió repentinamente la "aprobación" de la máxima autoridad de la República Islámica. El entonces presidente de Irán, Ali Jamenei —ahora Líder Supremo—, pronunció un discurso ante la Organización de Energía Atómica, y los esfuerzos para desarrollar armas nucleares cobraron impulso.

"Irán tendrá una bomba como esa lanzada sobre Hiroshima y Nagasaki"

Inicialmente, Irán recibió asistencia de China; Pakistán; y Argentina; y posteriormente de Corea del Norte. El colapso de la Unión Soviética representó una oportunidad de oro para que el Irán de Rafsanjani obtuviera lo que previamente se le había negado. Los iraníes reconocieron rápidamente el potencial de miles de científicos nucleares soviéticos desempleados que ofrecían sus servicios a Occidente.

En 1991, un artículo titulado: "Irán en el camino hacia la bomba", elaborado por expertos israelíes, estimó que "si los esfuerzos iraníes continúan al ritmo actual, y los pakistaníes y argentinos continúan apoyándolos; dentro de siete u ocho años Irán tendrá una bomba atómica, del tipo de la de Hiroshima-Nagasaki; quizás incluso, un modelo más avanzado". Es decir, alrededor del año 2000.

El primer ministro Benjamín Netanyahu había seguido el desarrollo del programa nuclear iraní desde aquellos años. En febrero de 1993, siendo aún miembro del Knéset, escribió un artículo de opinión en Yedioth Ahronoth titulado "El Gran Peligro".

"La amenaza más peligrosa para la existencia de Israel hoy en día, no proviene de los estados árabes, sino de Irán", escribió Netanyahu. Los gobernantes iraníes declaran repetidamente, que será una bomba islámica y que su primer objetivo será Israel. Estimó, basándose en expertos incluso entonces, que Irán tendría una bomba para 1999.

Netanyahu citó la declaración del presidente iraní Rafsanjani de octubre de 1991, diciendo: “Los musulmanes deben cooperar en la producción de bombas atómicas”. También citó al entonces vicepresidente Mahjarni: “El objetivo del armamento nuclear de Irán es, construir junto con sus aliados musulmanes; una bomba atómica para contrarrestar la bomba israelí”. Netanyahu, entonces miembro del Knéset, escribió hace 34 años sobre el régimen iraní: “Nuestro deber es asegurarnos de antemano de que no cuente con los medios necesarios para materializar esta ambición. No debemos confiar en la suposición de que las consideraciones racionales sobre una posible respuesta israelí, disuadirán esta mentalidad fanática. La disuasión por sí sola, no es una respuesta israelí adecuada a la amenaza de una bomba islámica. Israel debe actuar con decisión para prevenir esta amenaza existencial”.

En 1996, tras el ascenso de Netanyahu como primer ministro, Arnold Beichman, investigador y columnista del Washington Post escribió, que Netanyahu no dudaría en lanzar un ataque sorpresa contra Irán. Señaló que los iraníes estaban muy cerca de adquirir la capacidad de lanzar ataques con misiles convencionales, y no convencionales; contra Tel Aviv. El columnista, escribiendo hace 29 años, enfatizó: “Netanyahu no puede ignorar la amenaza iraní”.

Preparativos para un ataque israelí y señales inquietantes desde Irán

Los informes sobre un posible ataque israelí en Irán, comenzaron durante el mandato de Yitzhak Rabin como primer ministro. En enero de 1995 el New York Times informó, citando a "altos funcionarios israelíes", que "Israel está considerando un ataque aéreo contra los reactores nucleares de Irán si no se detiene su desarrollo". Un alto oficial de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) declaró: "Cuando miramos al futuro y nos preguntamos cuál será el mayor problema en los próximos 10 años; la bomba atómica iraní encabeza la lista".

Además, en mayo de 1995, la prestigiosa revista de inteligencia británica Jane's informó que las probabilidades de una confrontación militar entre varios países occidentales, incluido Israel e Irán; eran muy altas, debido a los intentos de Teherán de adquirir armas nucleares.

Un informe de 24 páginas, afirmaba que Irán anunció sus planes de construir "10 reactores en las próximas dos décadas". El informe también afirmaba que “si el proyecto nuclear continúa según lo previsto, la posibilidad de un ataque aéreo israelí contra instalaciones nucleares iraníes aumentará significativamente”.

El informe señalaba, que Israel ya había advertido que podría llevar a cabo en Irán, un ataque similar al perpetrado contra el reactor iraquí en 1981, debido a la preocupación de que fuera el principal objetivo de las armas nucleares iraníes. Teherán evaluó entonces, que tanto Estados Unidos como Israel no se conformarían con medidas económicas, sino que buscarían lograr una “humillación militar” de Irán. Dicho informe también estimó, que Irán tendría una bomba nuclear alrededor del año 2000.

Sin embargo, las amenazas israelíes tuvieron poco impacto en Irán. En 2001, Yedioth Ahronoth publicó un artículo de Ronen Bergman que informaba que, ante las narices del OIEA [Organismo Internacional de Energía Atómica] y las agencias de inteligencia occidentales, los iraníes habían construido una completa “Ciudad Atómica” en Bushehr, con la ayuda de conocimientos, equipos y científicos rusos; centrada en dos reactores nucleares. La investigación incluyó, imágenes satelitales de IKONOS (satélite comercial de observación de la Tierra), que revelaron una intensa actividad en el sitio, incluyendo la construcción de un gran búnker subterráneo —probablemente para comando y control— y la defensa mediante una lancha lanzamisiles. El artículo afirmaba que, según estimaciones israelíes y estadounidenses, se esperaba que la primera bomba atómica iraní se ensamblara en Bushehr, en un plazo de cinco a siete años.

Aparición histórica de Netanyahu ante la ONU y exposición del archivo nuclear

Con el paso de los años Irán amplió sus instalaciones nucleares. En 2009 se descubrió una planta de enriquecimiento de uranio en Fordow. La instalación estaba excavada en la ladera de una montaña, en una base del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Iraní (CGRI) cerca de la ciudad sagrada chií; de Qom. En 2011, se informó que Irán había logrado enriquecer uranio a niveles bajos, del 4% al 20%; pero se temía que Irán tuviera los conocimientos y los medios para enriquecerlo aún más hasta el 90%, necesario para una bomba atómica.

La presión en Israel, debido al avance del programa nuclear iraní llevó a reconsiderar la opción de atacar. En octubre de 2011, Nahum Barnea escribió en Yedioth Ahronoth que los funcionarios de seguridad se preguntaban, si Netanyahu y el ministro de Defensa Ehud Barak, habían acordado en secreto, a pesar de la oposición de altos funcionarios de seguridad y sin debate público; atacar las instalaciones nucleares de Irán.

La columna afirmaba que, en aquel momento, se percibía que Netanyahu y Barak impulsaban la acción. Netanyahu había formulado su lógica al inicio de su mandato: Mahmud Ahmadineyad (presidente de Irán entre 2005 y 2013) es Hitler; si no se detiene a tiempo, habrá otro Holocausto. Barnea escribió, que algunos describían la pasión de Netanyahu por el tema, como obsesiva: siempre había soñado con ser Churchill, e Irán le daba la oportunidad. Barak no usó tales superlativos, sino que también impulsaba la acción militar, convencido de que, al igual que Israel había frustrado proyectos nucleares antes; debía frustrar este.

Menos de un año después, en septiembre de 2012, Netanyahu presentó la amenaza iraní en su discurso ante la ONU y marcó una línea roja. Con el dibujo de una bomba con una mecha y un marcador rojo, definió la línea que Israel no permitiría cruzar en su camino hacia una bomba atómica. Se ganó el aplauso y afirmó que los iraníes se apresuraban hacia una bomba nuclear y que para la primavera —o a más tardar el verano— de ese año, la República Islámica tendría suficiente uranio para una bomba; y que debía ser detenida antes de esa fecha.

Afirmó que llevaba hablando de prevenir las armas nucleares iraníes desde 1997. «Hablé de ello en mi primer mandato; al final de mi primer mandato; cuando estaba de moda y cuando no. Hablo de ello ahora, porque es tarde. Muy tarde. Hablo ahora, porque el calendario de Irán no espera a nadie. Hablo ahora, porque es esencial para la existencia de mi país. No es solo mi derecho hablar; es mi deber».

Un año después, Netanyahu regresó a la ONU, centrándose de nuevo en la cuestión nuclear iraní.

Envió un mensaje a Irán y a Estados Unidos: «Si es necesario, actuaremos solos contra el régimen de los ayatolás». Netanyahu instó al mundo a no dejarse engañar por las palabras tranquilizadoras de Teherán sobre su programa nuclear, y a tener cuidado con el engaño de Irán; cuyo objetivo es, ganar tiempo en el camino hacia la bomba. "Rouhani no suena como Ahmadinejad, pero en lo que respecta al programa nuclear iraní, la única diferencia es esta: Ahmadinejad apareció con piel de lobo, mientras que Rouhani es un lobo con piel de oveja", dijo.

"¿Por qué un país que supuestamente necesita energía nuclear solo para fines pacíficos, construye instalaciones nucleares subterráneas y secretas?", preguntó Netanyahu. "¿Por qué un país tan rico en recursos naturales como el petróleo, invierte en capacidad nuclear? ¿Por qué un país que afirma necesitar energía nuclear para fines civiles, viola las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y acepta severas sanciones económicas? ¿Por qué un país con un supuesto programa nuclear pacífico, desarrolla misiles balísticos intercontinentales, capaces de transportar ojivas nucleares? Durante años, Occidente afirmó que Irán buscaba armas nucleares con fines militares, pero Teherán lo negó rotundamente, insistiendo en que su programa nuclear tenía fines pacíficos; como la producción de electricidad y medicamentos; y prohibió el acceso de los inspectores del OIEA a sus instalaciones nucleares”.

Pero estas afirmaciones, y las declaraciones de Netanyahu; no dieron resultados. En julio de 2015, se alcanzó un acuerdo nuclear con Irán: el Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC). Como parte del acuerdo, respaldado por el entonces presidente Obama; la comunidad internacional levantó las sanciones contra Irán, a cambio de la supervisión de sus instalaciones nucleares. "Todo el trabajo duro dio sus frutos y llegamos al acuerdo. Que Dios bendiga a nuestro pueblo", declaró un diplomático iraní tras la aprobación del acuerdo.

Pasaron algunos años y se repitieron los informes, sobre la proximidad de Irán a la capacidad de fabricar una bomba atómica; junto con los de posibles ataques israelíes. En mayo de 2018, Netanyahu ofreció una conferencia de prensa, en la sede del Ministerio de Defensa de la base de Kirya en Tel Aviv; donde reveló que el Mossad había obtenido el archivo nuclear secreto de Irán.

De pie junto a varias carpetas iraníes, Netanyahu reveló que el Mossad había adquirido media tonelada de material de inteligencia —que contenía decenas de miles de documentos y discos del programa nuclear secreto iraní, conocido como Proyecto Amad— y exhibió el botín. "Desarrollaron diseños de ojivas, como cinco bombas que cayeron sobre Hiroshima; y misiles hacia Tel Aviv. Irán prometió que no existía tal proyecto, y mintió", declaró.

Al igual que en sus discursos ante la ONU años antes, Netanyahu se basó en gran medida, en el impacto visual; exhibiendo cientos de carpetas que supuestamente contenían copias de inteligencia, recopilada por el Mossad. Además, aunque el evento tuvo lugar a las 8 p.m., coincidiendo con las emisiones de noticias israelíes; habló casi exclusivamente en inglés, dirigiendo el mensaje al mundo.

"Esta noche, verán algo que el mundo nunca ha visto antes", comenzó Netanyahu. “Esta noche, revelaremos pruebas inequívocas del archivo nuclear que Irán ocultó a la comunidad internacional. Les mostraremos sus archivos secretos. Sus líderes niegan que desean armas nucleares. Irán mintió, y mintió a lo grande”.

Tras varios años de informes sobre el progreso de Irán y su proximidad a una bomba, la Fuerza Aérea Israelí atacó directamente a Irán por primera vez. En la noche del 19 de abril de 2024, Israel atacó objetivos militares iraníes en territorio iraní. Según informes, las instalaciones de la Fuerza Aérea Iraní fueron uno de los objetivos atacados, tras el lanzamiento de misiles iraníes hacia Israel unos días antes.

Según la agencia de noticias Fars, se escuchó una explosión al noroeste de la ciudad, cerca de una base aérea militar iraní. Otros informes afirmaron, que la explosión ocurrió cerca del aeropuerto local. En la provincia de Isfahán se encuentran varias instalaciones nucleares iraníes; incluida Natanz.

Decenas de aeronaves participaron en la operación, dirigida por la Fuerza Aérea, bajo el mando del entonces Jefe de Estado Mayor Herzi Halevi y el Comandante de la Fuerza Aérea Tomer Bar. Los primeros informes de seis explosiones en Teherán, y la cercana Karaj; surgieron alrededor de las 2:00 a.m. y aproximadamente dos horas y media después; un funcionario estadounidense declaró, al Wall Street Journal que había comenzado una "segunda oleada" de ataques. Irán anunció el cierre de su espacio aéreo hasta nuevo aviso y la cancelación de todos sus vuelos; Irak también cerró su espacio aéreo durante varias horas.

La dramática operación se denominó "Días de Venganza". Un portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) declaró, tras los ataques; que todas las aeronaves de la Fuerza Aérea israelí regresaron sanas y salvas a sus bases. Un comunicado emitido a las 6:00 a.m. añadió: "Aviones y vehículos aéreos no tripulados (UAV) de la Fuerza Aérea, guiados por inteligencia; atacaron instalaciones de producción y misiles, que Irán disparó contra Israel durante el último año. Al mismo tiempo, también fueron atacados los sistemas de defensa aérea iraníes y sus capacidades aéreas adicionales, destinadas a limitar la libertad de acción de Israel sobre Irán".

El 13 de junio comenzó la “Operación el León Se Levanta” en la que se atacaron numerosos objetivos en Irán. El 22 de junio Estados Unidos se unió al ataque, lanzando múltiples y potentes bombas con sus bombarderos B-2, sobre las instalaciones nucleares iraníes en Fordow, Natanz e Isfahán. En respuesta a la extensa operación israelí, Irán lanzó cientos de misiles balísticos y vehículos aéreos no tripulados hacia Israel.

Traducido por Chuy González – Voluntario Puentes para la Paz

Un artículo por originalmente publicado por Ynetnews, el 25 de junio de 2025. (El vocabulario respecto al tiempo ha sido modificado para reflejarse en nuestra publicación del día de hoy). Puedes ver el artículo original en este enlace.

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