Aprendiendo de la parábola de la higuera estéril

Por Rvda. Rebecca J. Brimmer

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Durante su ministerio, Jesús (Yeshúa), a menudo contestaba preguntas con una parábola, una historia con un mensaje. Encontramos un ejemplo en Lucas 13:6-9. «Cierto hombre tenía una higuera plantada en su viña; y fue a buscar fruto de ella y no lo halló. Y dijo al viñador: “Mira, hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo. Córtala. ¿Por qué ha de cansar la tierra?”. El viñador le respondió: “Señor, déjala por este año todavía, hasta que yo cave alrededor de ella, y le eche abono, y si da fruto el año que viene, bien; y si no, córtala”».

Hay muchas maneras de analizar esta parábola: histórica, cultural, alegórica y teológicamente, a través de la comprensión de las prácticas agrícolas antiguas, explorando la Torá (Gén-Dt) y desde una perspectiva profética. Dependiendo de nuestro trasfondo, podemos llegar a diferentes conclusiones, además el texto no ofrece una interpretación dada por Jesús.

(Photo Credit: Barbara Ash/Shutterstock.com)

Preparemos el escenario

Al explorar las Escrituras, incluyendo esta parábola, es crucial observar el contexto. En este caso, varias personas no identificadas se acercaron a Jesús. Alguien mencionó un suceso horrible y cruel con impactantes implicaciones religiosas (Lucas 13:1). Pilato, el líder romano de la época, había derramado la sangre de judíos galileos y la había mezclado con el sacrificio. Se insinúa que esto ocurrió en el Templo, pues allí se realizaban los sacrificios. Mezclar sangre humana con un sacrificio sagrado para Dios era una abominación.

Desde cualquier punto de vista, este fue un evento trágico y horroroso. Pero ¿cuál fue el motivo por el cual las personas no identificadas lo mencionaron? Dado que Jesús era de Galilea, ¿pretendían provocar su ira y la de otros galileos entre la multitud contra los romanos por este acto? ¿Esperaban que los romanos atacaran a los galileos? ¿Lo mencionaron porque creían que toda tragedia era resultado del pecado? ¿Esperaban que Jesús hablara públicamente contra Pilato y Roma? De ser así, se sintieron decepcionados porque Jesús evitó el tema y lo habló teológicamente.

La pregunta que hicieron estas personas no identificadas es crucial: ¿Sufrieron estos hombres este destino debido a su pecado? Jesús respondió con una pregunta propia: ¿Eran peores pecadores que todos los demás galileos por haber sufrido tales cosas? Luego mencionó una tragedia que sufrieron los judíos cuando se derrumbó una torre (Lucas 13:4), quizás para disipar la tensión que pudieran sentir los galileos entre la multitud.

(Photo Credit: BooksSun/Pixabay.com)

Jesús llegó a la misma conclusión en ambos incidentes. Quienes sufrieron las tragedias no murieron por su pecado. Luego continuó con una advertencia: si su audiencia no se arrepentía, también perecerían. Usemos un ejemplo actual para ilustrar este punto. No debemos asumir que los civiles israelíes asesinados por misiles balísticos enviados desde Irán murieron por su pecado. Del mismo modo, cuando un niño muere, no podemos deducir que sus padres pecaron.

A primera vista, la respuesta de Jesús podría haber parecido un poco extraña: «Les digo que no; al contrario, si ustedes no se arrepienten, todos perecerán igualmente» (Lucas 13:5). Sin embargo, muestra que la conversación tiene que ver con el pecado, el sufrimiento y el arrepentimiento.

El arrepentimiento no era un tema inusual. El ministerio de Juan el Bautista hacía un llamado al arrepentimiento y había atraído mucha atención. Esto también era propio de los profetas de Israel.

Luego, mientras los oídos de la audiencia resonaban con el llamado de Jesús al arrepentimiento —que casi sonaba como una amenaza— Él dio un giro para hablar de una historia pastoral sobre una viña y una higuera.

(Photo Credit: Alexander Knyazhinsky/Shutterstock.com)

Lo que los oyentes sabían sobre las higueras

Las higueras son muy comunes en Israel, con variedades tanto silvestres como cultivadas que crecen por todo el país. Son apreciadas por su sombra, así como por sus usos medicinales y como fuente de alimento.

Las higueras también son grandes. Teníamos una en el jardín de Puentes para la Paz que medía probablemente entre 9 y 12 metros (40 pies) de altura. Se extienden horizontalmente formando una gran copa y ocupan mucho espacio. Además, son un desastre. A menos que recojas toda la fruta rápidamente, los restos podridos atraen moscas y otras criaturas desagradables.

Una higuera no da fruto durante los tres primeros años después de ser plantada. La Torá dice que nadie debe comer del fruto de un árbol durante los primeros tres años. En el cuarto año, el fruto debe ser consagrado a Dios. En la parábola de Jesús, el dueño lleva tres años buscando fruto. ¿Significa tres años desde la plantación, tres años después de que el árbol debería haber empezado a dar fruto o quizás tres años después del cuarto año? Jesús no lo explicó.

Si el dueño solo venía una vez al año, el jardinero "judío" probablemente habría depositado cualquier fruto de los primeros tres años en la pila de composta, lo que significa que el dueño no lo habría visto. De hecho, les habría sorprendido a los oyentes de Jesús que el dueño esperara fruto durante los primeros tres años. ¿Tal vez el dueño era gentil y desconocía estas reglas? Supongamos que el relato de la parábola comienza en el momento en que la higuera debería haber empezado a dar fruto, entonces el árbol tendría seis años.

Plantar un árbol frutal joven es una inversión a largo plazo sin expectativas de rendimiento a corto plazo. Esto significa que el propietario tuvo que ser paciente. Sin embargo, había llegado al límite de su tolerancia y le pidió al viñador o al jardinero que cortara el árbol. Sin embargo, el jardinero tenía esperanzas en el árbol y sugirió dedicarle más tiempo y esfuerzo para ver si daba fruto el año siguiente.

La historia termina ahí. ¡Qué final tan insatisfactorio! No sabemos qué pasa después. Ya estábamos animando al arbolito y al jardinero; esperando el éxito; deseando oír que habría fruto. Pero... nos quedamos en suspenso.

Me imagino que la audiencia en tiempos de Jesús debió tener una reacción similar. Obviamente, Jesús quería que esto les hiciera reflexionar. Estaba estableciendo una conexión muy clara entre el arrepentimiento y dar fruto. Además, estaba comunicando claramente la idea de que, si bien es su deseo cultivarnos y guiarnos hacia la producción de fruto, no tenemos la eternidad para arrepentirnos. Llegará el tiempo cuando aquellos sin arrepentimiento serán destruidos, cuando no habrá otra oportunidad.

(Photo Credit: Edchechine/Shutterstock.com)

Fruto como evidencia del arrepentimiento

Esta no es la única vez que Jesús enseñó sobre dar fruto de arrepentimiento. En Mateo 7:16a, 17-20, presenta la evidencia de un falso profeta: «Por sus frutos los conocerán… Así, todo árbol bueno da frutos buenos; pero el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego.  Así que, por sus frutos los conocerán».

Además, Mateo 3:8 instruye: «Por tanto, den frutos dignos de arrepentimiento».

Parece obvio que el tema principal de esta parábola es arrepentirse ahora, porque no se sabe cuándo ocurrirá algo trágico. El segundo punto es que será evidente que te has arrepentido cuando des fruto.

Mientras Juan el Bautista y luego Jesús caminaban por la tierra de Israel, Dios llamaba al pueblo: «Vuélvanse a mí». La idea del arrepentimiento en hebreo es volverse. Muchos han dicho que es alejarse del pecado, pero la enseñanza judía enfatiza volverse hacia Dios. Cuando estás cara a cara con Dios, le das la espalda al pecado.

Cuidado con la interpretación alegórica

Muchos comentaristas cristianos a lo largo de la historia han interpretado esta parábola alegóricamente. Algunos dicen que el dueño es Dios, la viña donde está plantada la higuera es Israel y el jardinero o viñador es Jesús. Otros han dicho que la higuera es Israel. También hay quienes sostienen que la higuera es Jerusalén, y otros que es el liderazgo religioso corrupto de Israel. Otros postulan que se trata de un modelo más inclusivo de la nación, Jerusalén y los líderes religiosos, donde la responsabilidad principal recae en el liderazgo. Dependiendo de la identidad de la higuera en su interpretación alegórica, su comprensión de quién está siendo cortado podría variar.

(Photo Credit: Pixabay/Pexels)

Los alegoristas también tienen ideas diversas sobre el significado de los tres años. Algunos los consideran los tres años del ministerio de Jesús, mientras que otros creen que son las tres dispensaciones: la ley natural, la ley escrita y la gracia.

Los alegóricos pueden dar cualquier significado a una idea sin que ésta esté respaldada por las Escrituras. Si bien es cierto que la higuera se identifica con Israel, también hay ocasiones en que Israel aparece como una viña. Esta parábola incluye tanto una viña como una higuera.

Recordemos que cuando Jesús pronunció estas palabras, la mayoría de la audiencia habría sido judía, tanto los que lo seguían como los que no lo seguían. Es probable que interpretaran esta parábola como un llamado al arrepentimiento. Las interpretaciones alegóricas cristianas surgieron solo después de la destrucción de Jerusalén, lo que significa que quienes sostienen estas perspectivas concluyeron, en retrospectiva, que Jesús hablaba proféticamente sobre la dispersión del pueblo judío. Según esta interpretación, el pueblo judío había sido cortado.

Los teólogos del reemplazo han usado esta parábola para argumentar que Dios había terminado con los judíos "infructuosos" y que se había centrado en los cristianos. Este tipo de teología se compartió ampliamente sin ser verificada, hasta que se hizo evidente que Dios cumpliría sus promesas a la nación de Israel en un sentido muy literal.

Sí, Israel sufrió y fue al exilio, pero Dios es un Dios que cumple Su pacto y con gran paciencia los está trayendo de regreso a casa y está cumpliendo las antiguas profecías. Romanos 11:25-29 dice: “Porque no quiero, hermanos, que ignoren este misterio, para que no sean sabios en su propia opinión: que a Israel le ha acontecido un endurecimiento parcial hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles. Así, todo Israel será salvo, tal como está escrito: «El Libertador vendrá de Sión; apartará la impiedad de Jacob. Y este es Mi pacto con ellos, cuando Yo quite sus pecados». En cuanto al evangelio, son enemigos por causa de ustedes, pero en cuanto a la elección de Dios, son amados por causa de los padres. Porque los dones y el llamamiento de Dios son irrevocables”.

Aplicando la parábola a nuestras vidas

Hagamos un examen de conciencia. Debemos preguntarnos: ¿Por qué a veces a los creyentes les falta fruto? ¿Cuál es el fruto del arrepentimiento?

Lucas 13, que contiene la parábola de la higuera, comenzó con tragedias impactantes. Quizás la audiencia incluso conocía a las personas que murieron. Quizás se encontraban en duelo. No sé si lo has experimentado, pero yo he llorado la caída en desgracia de muchos líderes cristianos en tiempos recientes. Veo las consecuencias de un tsunami de dolor y me pregunto dónde quedaron el arrepentimiento y el fruto. Deseo que aprendamos a rendir cuentas constantemente a Dios. Que nos arrepintamos a diario. Santiago 4:7-10 dice: “Por tanto, sométanse a Dios. Resistan, pues, al diablo y huirá de ustedes. Acérquense a Dios, y Él se acercará a ustedes. Limpien sus manos, pecadores; y ustedes de doble ánimo, purifiquen sus corazones. Aflíjanse, laméntense y lloren. Que su risa se convierta en lamento y su gozo en tristeza. Humíllense en la presencia del Señor y Él los exaltará”.

Las palabras de Jesús fueron para todas las personas de todas las épocas. Es hora de arrepentirnos y producir fruto del arrepentimiento.

 

Traducido por Robin Orack – Voluntaria en Puentes para la Paz

Las citas bíblicas son tomadas de Nueva Biblia de las Américas ® Copyright (c) 2005 by the Lockman Foundation • Usadas con permiso. www.NBLH.org

Bibliografía: 

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Kendall, R.T. The Parables of Jesus. Grand Rapids: Chosen, 2004.

Levine, Amy-Jill. Short Stories by Jesus. New York: Harper One, 2014.

Wilson, Marvin. Exploring our Hebraic Heritage. Grand Rapids: William B. Eerdmans Publishing, 2014.

Young, Brad. The Parables. Grand Rapids: Baker Academic, 1998.

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