Asistencia Dental/Médica

Shaindel es una sobreviviente en todo el sentido de la palabra. Nacida en Satmar, Hungría, en una familia jasídica Satmar, Shaindel pasó un año en el gueto antes de subir a un tren rumbo a Auschwitz junto con su hermana mayor y menor, su madre, tía y primos. Su padre ya había sido enviado a Siberia anteriormente. Shaindel tenía tres años y medio cuando comenzó su calvario en Auschwitz. Al bajar del tren, la tía de Shaindel llevó a su hermana bebé junto con sus propios hijos, y fueron enviadas inmediatamente a las cámaras de gas. Un hombre le dijo a su madre que dijera que Shaindel y su hermana, que era un año mayor que ella, eran gemelas. Cuando se dio vuelta para preguntarle por qué, no había nadie a la vista. Sin embargo, obedeció este consejo, creyendo que un ángel había intercedido por ellas. Como resultado, Shaindel y su hermana fueron enviadas al laboratorio del Dr. Mengele. Su madre fue asignada a la cocina y literalmente se arrastraba por el suelo hasta el barracón para llevarles las migajas o cáscaras de papa que podía encontrar. Durante todo el año, les sacaban sangre diariamente del frágil brazo de Shaindel. Los técnicos del laboratorio le dijeron a Mengele que, aunque eran hermanas, no eran gemelas, pero el Dr. Mengele insistió en lo contrario y las mantuvo en el área de gemelos para futuras experimentaciones. Cuando la guerra estaba llegando a su fin, antes de que él pudiera experimentar con ellas, Mengele condujo a todos los que quedaban con vida hacia las cámaras de gas. Después de quince minutos, las puertas se abrieron, Mengele apareció y anunció que hubo un fallo, por lo que el gas no se liberó esa vez, pero el fin estaba cerca y era solo cuestión de minutos antes de que el problema se resolviera. Las puertas se cerraron de nuevo. En ese preciso momento, aviones bombarderos rusos sobrevolaron causando que todos los nazis huyeran y los condenados a muerte fueran liberados. Shaindel, su madre y su hermana sobrevivieron milagrosamente a Auschwitz. Después de la guerra, la madre de Shaindel, una experimentada costurera, reunió a todas las niñas huérfanas y, con gran dedicación, les devolvió la vida y las preparó para vivir. Con un amor y calidez ilimitados, les enseñó a coser, les enseñó sobre la fe y el judaísmo, les dio una nueva vida. La familia no sabía si su padre había sobrevivido en Siberia, pero ocasionalmente regresaban transportes de esa región. Siempre preguntaban a los que regresaban si sabían algo de su paradero, y les informaban que él estaba en camino. Imagina la sorpresa cuando un soldado ruso, afeitado y limpio, entró en su hogar y se presentó como su padre. Con el tiempo, el amor y apoyo de la madre de Shaindel lo ayudaron a reencontrarse con sus raíces, y finalmente sirvió como consejero espiritual en la institución para las niñas huérfanas. Shaindel eventualmente se casó y tuvo once hijos. Uno de sus hijos murió ahogado a los dieciocho años. Ahora es la matriarca de una familia de cinco generaciones, cuyo número ya ha perdido la cuenta. Como una verdadera sobreviviente, señala con orgullo que esta es su venganza contra Hitler. Referida por los Servicios Sociales, Shaindel Deutsch, de ochenta años, llegó a DVI acompañada por su hija. Sus dentaduras originales están viejas y rotas, y ella necesitaba urgentemente un nuevo juego, que pronto recibirá. Se había resignado a vivir con el dolor y la dificultad para comer porque no podía permitirse un nuevo juego de dentaduras, y se alegró mucho al saber por su trabajadora social que existe un programa de dentaduras gratuitas en DVI. La señora Deutsch y su hija no pudieron expresar adecuadamente su aprecio y gratitud, y nos dijeron repetidamente cómo “sienten el cálido abrazo de todos los que trabajan aquí—¡qué bendición!”