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El futuro de la normalización árabe con Israel

octubre 31, 2020
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Un vuelo de Etihad Airways que lleva una delegación de los Emiratos Árabes Unidos en la primera visita oficial aterriza en Israel el 20 de octubre de 2020.

Ahora que Sudán se ha unido a los Emiratos Árabes Unidos y Bahrein, en su normalización de las relaciones con Israel; el futuro parece brillante, para que incluso más países árabes hagan la paz con su antiguo enemigo. El gran premio, por supuesto, sería Arabia Saudita; y ya estamos escuchando rumores de sus líderes apuntando en esa dirección. Incluso Líbano, que actualmente alberga a Jizbolá, ha dejado entrever posibles propuestas de paz.

Existe la posibilidad de que en poco tiempo, la mayoría de los estados árabes sunitas, reconozcan que sus intereses residen en un proceso de paz con Israel. Verán las ventajas económicas, tecnológicas, diplomáticas y militares de tener a Israel como aliado, en lugar de enemigo.

Una importante fuerza unificadora detrás de este movimiento es Irán, un estado musulmán chií, no árabe; que se ha convertido en una fuerza desestabilizadora entre otras naciones musulmanas. Irán es el mayor exportador de terrorismo y el único país con potencial para desarrollar un arsenal nuclear. Sus objetivos hegemónicos se extienden por todo Oriente Medio y requieren el derrocamiento de regímenes sunitas estables. Estos regímenes se dan cuenta de que Israel, que es el principal objetivo de la animosidad de Irán; nunca le permitirá desarrollar dichas armas nucleares. También se dan cuenta de que Israel juega un papel importante en limitar, la exportación del terrorismo, por parte de Irán.

Pero hay más en este nuevo desarrollo, que el viejo cliché de “el enemigo de mi enemigo es mi amigo”. Israel es una influencia estabilizadora en una región inestable del mundo. Es una democracia, un innovador militar y tecnológico, un país económicamente avanzado. Puede ayudar a sus nuevos aliados en cada una de estas áreas, como ya ha comenzado a hacerlo incluso en el corto tiempo, que ha transcurrido desde que comenzó la normalización.

El Presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, insinuó la posibilidad de que Irán algún día, se una al proceso con rumbo hacia un Medio Oriente más estable y pacífico. Eso parece poco probable con el régimen actual. Los ayatolás [título honorífico otorgado a clérigos musulmanes chiítas de alto rango en Irán], con la ayuda que han brindado las sanciones estadounidenses, está llevando a la bancarrota a Irán y destruyendo a su clase media históricamente acomodada. Si hubiera elecciones populares el régimen actual caería. La unidad con Israel de la media en las naciones árabes sunitas, puede aumentar la presión para un cambio de régimen en Irán. Eso sería bueno para los iraníes y para la región.

El otro régimen periférico es Turquía, que es una potencia militar y miembro de la OTAN. Aunque el pueblo turco, como el pueblo iraní, no tiene antecedentes de odio contra el estado nacional judío, su líder actual, Recep Tayyip Erdoğan al igual que los ayatolás iraníes, ha provocado odio y animosidad. Lo han hecho en gran parte por razones domésticas, para distraer la atención de su fallido liderazgo. Es irónico que, no hace mucho; Irán y Turquía eran los aliados más cercanos de Israel en el Medio Oriente; mientras que los estados árabes que al día de hoy no están en proceso de hacer la paz con Israel, eran sus enemigos más intransigentes. Oriente Medio ha cambiado rápidamente y puede volver a cambiar con la misma rapidez.

Los grandes perdedores de estos nuevos desarrollos son los palestinos. Su liderazgo “nunca ha perdido la oportunidad de perder una oportunidad”, como dijo el ex ministro de Relaciones Exteriores de Israel, Abba Eban. Esta puede ser su última oportunidad de lograr una solución razonable de dos estados. Los vecinos árabes de Israel han demostrado que la causa palestina no ocupa un lugar tan importante en su programa como parecía en el pasado. Estas naciones entienden que la situación en la que ahora se encuentran los palestinos, [ha] sido el resultado de heridas autoinfligidas; y la más importante es “la falta de voluntad para aceptar un sí como respuesta, cuando los israelíes les han ofrecido la condición de Estado”.

Incluso ahora, el liderazgo palestino se niega a sentarse y negociar con Israel. Deben entender que no obtendrán un estado como resultado del movimiento de boicot; protestas en los campus universitarios; o resoluciones sin sentido de las Naciones Unidas. Los acontecimientos recientes dejan en claro que la condición de Estado para los palestinos, vendrá solo a través de negociaciones con Israel. Ha llegado el momento de que la Autoridad Palestina se una a otros árabes sunitas y reconozcan que el estado nacional del pueblo judío está aquí para quedarse; y que la negociación es el único camino hacia la condición de estado que ellos palestinos, pretenden; además de una paz permanente que beneficiará tanto a palestinos como a israelíes; así como al resto de la región y; de hecho, al mundo entero.

Escrito por: Alan M. Dershowitz, profesor de derecho Felix Frankfurter, emérito de la Facultad de Derecho de Harvard y autor del libro Culpabilidad por acusación: el desafío de probar la inocencia en la era del #MeToo, Skyhorse Publishing, 2019. Su nuevo podcast, “The Dershow ”, se puede ver en Spotify, Apple y YouTube. Es miembro de la Fundación Caritativa Jack Roth en el Instituto Gatestone.

 

Traducido y adaptado por Chuy González – Voluntario en Puentes para la Paz.
Revisado por Raquel González – Coordinadora Centro de Recursos Hispanos
 

Publicado en octubre 31, 2020

Fuente: Artículo por Alan M. Dershowitz, originalmente publicado el Instituto Gatestone el 28 de octubre de 2020. (El vocabulario respecto al tiempo ha sido modificado para reflejarse en nuestra publicación del día de hoy). Puedes ver el artículo original en este link

Fotografía por: Matty Stern / U.S. Embajada de Jerusalén / flickr.com

Fotografía con licencia: Flickr