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No Me Rechaces

octubre 12, 2017

Un toque a la puerta anima su pisada. Rose se arregla el escaso cabello y vestido, y avanza rápidamente para abrir la puerta. Cuando alguien le extiende una canasta de regalo, exclama: “¡Me recordaste! ¡Recordaste mi cumpleaños!” Rose ha capturado completamente nuestros corazones. Si usted pudiera ver su apartamento de una sola habitación, se asombraría de ver lo poco que ella posee. La preciosa Rose se ve muy frágil. Uno simplemente la quisiera seguir abrazando. Ella conoce muy bien lo que es la pérdida y tener que sobrevivir en escasez.

Se le hace demasiado difícil hablar de su propia experiencia durante el Holocausto, y prefiere hablar de la experiencia de otro. “Mi esposo perdió 92 miembros familiares en el Holocausto,” dice Rose de manera sencilla. Pero el dolor de la soledad luego de perder su esposo aún se siente fresco en su corazón, y las lágrimas le corren por sus mejillas.

Edward, otro sobreviviente en nuestro Programa de Alimento, nunca habla sobre su pasado. Es demasiado doloroso pensar en lo que perdió. Por el contrario, Edward señala hacia el futuro, el producto de su sufrimiento. Disfruta su pared de fotografías, que son su orgullo y gozo, señalando las preciosas memorias que ha disfrutado con su familia. Con regocijo, enseña las fotos de sus nietos nacidos en Israel y que actualmente sirven en la Fuerza de Defensa Israelí.

¿Puede uno Medir la Soledad?

Nunca se me había ocurrido que la soledad se pudiese medir hasta que recientemente leí sobre el sufrimiento de los ancianos en Israel. Tristemente, según una encuesta social realizada por la Agencia Central de Estadísticas de Israel, el 42% de los israelíes de sobre 75 años de edad sufren de soledad. Ese hecho rompe mi corazón. Por todo Israel, hay ancianos que sufren solos, muchos de ellos sobrevivientes de los horrores del Holocausto. Para algunos, la soledad es difícil de soportar, pero de mayor preocupación para ellos es de dónde vendrá su próxima comida. Un temor muy arraigado en los corazones de los sobrevivientes del Holocausto es el temor de quedarse sin comida, producto de sus años de carencia en alimento. Actualmente, decenas de miles de sobrevivientes del Holocausto viven bajo el nivel de pobreza en Israel y dependen de donativos en alimento por parte de organizaciones como Puentes para la Paz para que puedan sobrevivir cada día.

Para Rose, Edward y otras víctimas del Holocausto en nuestro Programa de Alimento, Puentes para la Paz no es meramente una organización sino que es parte de su familia.

Recientemente, cuando uno de los sobrevivientes de nuestro programa falleció, nuestros voluntarios recordaron con lágrimas a esta querida y especial anciana. Las entregas de alimento a sobrevivientes del Holocausto son mucho más que comida. Son una demostración del amor de Dios hacia ellos. Cuando llegamos a sus puertas de manera regular para llevarles comida, abrazos, sonrisas y regalos de cumpleaños, esa es la parte más especial de su día.

¿Cómo Puede Usted Impactar Sus Vidas?

Su apoyo es clave para ayudar a resolver el problema del hambre y la soledad entre los ancianos sobrevivientes del Holocausto de Israel. Muchos son los retos que los ancianos tienen que enfrentar, y los tienen que enfrentar solos. Pero usted puede impactar sus vidas. Su regalo expresará a estas preciosas personas que no han sido olvidadas ni rechazadas, sino que son recordadas y amadas por muchos cristianos alrededor del mundo. Usted puede asegurar que un sobreviviente del Holocausto tenga suficiente que comer, que reciba una canasta de regalo en su cumpleaños y que sienta el amor de Dios cuando visitemos su hogar.

Le pido que done generosamente hacia nuestro Programa de Alimento, para que podamos aumentar el número de víctimas del Holocausto quienes reciben nuestra ayuda de alimento. Nos acercamos a los meses de invierno, y ese es un tiempo difícil para los ancianos en Israel dada la falta de calefacción. Como cristiano genuino le pido que se apropie de la palabra que Dios nos da y recordemos a los ancianos en su necesidad.

“No me rechaces en el tiempo de la vejez; no me desampares cuando me falten las fuerzas” (Sal. 71:9).

Estas preciosas personas han sufrido tanto, y para muchos de ellos, nuestros voluntarios son los primeros cristianos que han conocido en demostrarles verdadero amor y compasión. Y hay muchos más en necesidad. Por favor, ayúdenos a cuidar de ellos.

Bendiciones desde Jerusalén,
Rebecca J. Brimmer,
Presidenta Ejecutiva Internacional

 

Traducido por Teri S. Riddering,
Coordinadora PPP Centro de Recursos Hispanos