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Alimenta a un niño, impacta a una comunidad

agosto 2, 2021
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Comienza un nuevo año escolar en Israel. Como en todas partes, hay muchas cosas por comprar: ropa escolar, una mochila, zapatos, cuadernos, bolígrafos y, en Israel, libros escolares. En algunas escuelas, los niños se visten con uniformes, lo cual representa otro gasto. Tan solo los libros de texto cuestan alrededor de 150 dólares por niño. Para las familias en dificultades socioeconómicas, estos gastos necesarios a veces son imposibles de pagar. Y en Israel, típicamente las familias tienen varios hijos.

Aproximadamente el 23% de la población de Israel (casi dos millones de personas) vive por debajo del umbral de la pobreza —casi el 32% de los niños israelíes, según un informe publicado en enero por ‘Seguro Nacional’—. Estas familias tienen dificultades para poner comida en la mesa, lo que significa que los gastos escolares no son la prioridad. Trágicamente, sin las herramientas adecuadas, los niños luchan por tener éxito en la escuela. Durante el último año y medio de la pandemia de COVID-19, los niños tuvieron que estudiar virtualmente desde casa. Muchos de los niños en nuestro programa ‘Alimenta a un Niño’ se retrasaron aún más, debido a que sus familias no pudieron proporcionarles una computadora.

Durante este tiempo estresante, Puentes para la Paz compró computadoras y tabletas para ayudar a estas familias. Normalmente proporcionamos una comida diaria en la escuela para los niños de nuestro programa. Durante los encierros y cierres de escuelas, proporcionamos comida a las familias de los participantes de nuestro programa ‘Alimenta a un Niño’ para ayudarles a mantenerse durante esos momentos difíciles.

Recientemente, las casas de dos de los niños se incendiaron y sus familias perdieron todo. Estas familias ya estaban luchando; habían perdido sus trabajos durante la pandemia. Cuando nos informaron de su terrible experiencia, nuestra respuesta inmediata fue ayudar. Les regalamos tarjetas para tiendas locales, mantas, artículos de cocina y un Tanaj (Antiguo Testamento), así como otros obsequios. Después de la visita de la directora de la escuela, ella describió su respuesta emocional, especialmente cuando recibieron el Tanaj; ya que todos sus libros habían sido quemados. En su nota de agradecimiento, la Directora Elinor Bitton-Kovacs nos dijo: «En nombre de las familias y la escuela, me gustaría agradecerles nuevamente, Puentes para la Paz, por hacer una diferencia».

En este momento, nuestro equipo está trabajando con los funcionarios escolares y los trabajadores sociales para identificar a los niños y las familias que necesitan más ayuda. Es desgarrador rechazar a las familias afectadas por la pobreza y a sus hijos porque simplemente no tenemos suficientes patrocinadores. Para mantener a un niño durante todo un año escolar, necesitamos dos patrocinadores, cada uno con un compromiso mensual de 65 dólares al mes. Con estas donaciones les proporcionamos un almuerzo caliente cada día de escuela, una mochila nueva llena de materiales escolares (libros, libretas, cuadernos de ejercicios, etc.), y pagamos el costo de sus excursiones escolares. Además, ofrecemos ayuda con sus clases extracurriculares según sea necesario. Las donaciones de ‘una sola vez’ nos ayudan a proporcionar equipos muy necesarios para las escuelas (laboratorios de computación, pizarrones inteligentes, proyectores digitales, juegos infantiles para el exterior, etc.).

Yosef con su nueva pelota y zapatos de fútbol

Los patrocinadores reciben un perfil y una foto para que puedan conocer al niño que están patrocinando y sus intereses. A veces se intercambian cartas. Algunos patrocinadores optan por dar regalos en ocasiones especiales. Después de leer sobre Yosef y su interés en el fútbol, sus patrocinadores nos enviaron dinero para comprarle una pelota de fútbol y zapatos nuevos. Esta generosidad impactó tanto a Yosef que decidió usar sus nuevos regalos para entrenar a otro niño.

El amor y apoyo de cristianos de todo el mundo impactan más que solo a los niños del programa ‘Alimenta a un Niño’; también tiene impacto en las familias, los administradores escolares, los maestros y toda la comunidad.

¿Le preguntarás al Señor si quiere que patrocines a un niño para el próximo año escolar? Como dijo la directora, estamos haciendo una diferencia: un niño, una familia, una escuela y una comunidad a la vez.

Un don del Señor son los hijos” (Sal 127:3a).

Bendiciones desde Israel,

Rebecca J. Brimmer

Presidenta Ejecutiva Internacional

 

Traducido por Robin Orack – Voluntaria en Puentes para la Paz
Revisado por Raquel González – Coordinadora Centro de Recursos Hispanos